jueves, 25 de abril de 2013

13.

Era miércoles y los chicos habían dormido poco. Se habían ido a casa de Harry y Louis a tomar unas pizzas y acabaron viendo una película  Intentaron que fuera una de "hombres" como dijo Niall pero se quedaron viendo el canal cuatro porque Louis escondió el mando y se tragaron enterita la de "Tengo ganas de tí".
-Buenos días- dijo Paul entrando en el cuarto de Gonzalo.

Los chicos le saludaron en silencio.
-¡Uy! ¡Que caras!- dijo el jefe mientras se reía.
-Sh- Niall hizo un gesto de silencio-. Hay gente durmiendo.
-¿A estas horas?
-Una de las chicas esta mala-dijo Harry.
-Vale. Decirme que vais a hacer hoy.
-Vamos a terminar de poner los rodapies para acabar las habitaciones que ya tienen suelo y empezaremos con la de matrimonio-dijo Louis.
-¿No la hicisteis ayer?
-Preferimos terminar con las habitaciones-dijo Liam.

Paul sonrió y mas tarde se despidió de los chicos para hacer papeleo en la oficina.
Zayn empezó a echar silicona en las piezas de madera para que Louis pudiera pegarlas en las aristas que formaban el suelo y las paredes con ayuda de un martillo haciendo que Lucía despertara y saliera de su cuarto. Niall la vio con intención de bajar las escaleras.
-Anda, ayudarla alguno- dijo mientras que sacaba otro tubo de silicona.

Liam se levantó rápidamente a pesar de que ella decía que no.
-No hace falta... Estoy bien- dijo mientras que se agarraba a la barandilla de las escaleras.
-Anda, vamos. Que ayer al levantarte de la silla casi te caes- dijo Harry.

Liam no la iba a dejar bajar por si misma las escaleras y la cogió en brazos para bajarla al piso de abajo.
-Ayer decía lo mismo...- dijo Harry mientras se reía.
-Las mujeres son muy cabezotas- dijo Niall riéndose.

Liam volvió a subir.
-¿Se ha quejado?- preguntó Louis.
-No... La he dejado en el sofá y se ha vuelto a dormir- dijo él riéndose.

Ana miraba a Paula. Ya eran la hora de salir de clase. Recogieron todo mientras que la campana seguía sonando e intentaron salir sin que Brad, el chico de clase que vacilaba a Paula, las viese. Ellas ya habian tenido mas de un encuentro con él. Siempre las irritaba. "Paula, ¿te has vuelto a caer con los patines?" "Ana, ¿has desfilado ya en París?". Era irritante. Pero tuvieron suerte. No le vieron.
-Vendrá mi padre a recogernos- dijo Ana sonriente.

Ana habia hecho caso a su padre. Iba a llevar a su amiga a casa. Sus padres querían conocerla más a fondo despues de permitir que ella pasase unos días tras abandonar la agencia. Tambien querían agradecérselo. Una chica asi no se encontraba fácilmente. Ana habia tenido mucha suerte.
-Mira, alli esta mi madre- dijo Ana sonriente mientras que seguían avanzando por la acera-. Hola mamá- dijo ella cuando entró en el coche.
-Hola Ana. Hola Paula. Cuanto tiempo sin verte.
-No tanto, Sophie- dijo Paula mientras se abrochaba el cinturon con una sonrisa.
-Bueno, tienes razon. He hecho pasta para comer. Espero que te gusten los espaguetis a la carbonara.
-¿Los ha hecho Hope?- preguntó Ana.
-No. Se ha quedado en la universidad para no se que de un profesor y su ingrediente secreto.
-Tu hija esta cada vez mas loca.
-Lo se Ana, pero si te tomas las pastillas podemos solucionarlo- bromeó su madre.
-¡Eh! ¡Que la loca es Hope!
-¿Ella? No digas tonterias.

Paula se rió. La familia Marshall era siempre asi. Era una familia feliz con dos hijas estupendas y dos padres estupendos también.
-Ya hemos llegado- dijo la señora Marshall tras un rato.

Las chicas se bajaron del coche mientras que el padre aparcaba tambien su coche.
-Hola cariño- dijo la señora sonriente cuando llegó a la puerta.
-Hola amor.

Se dieron un tierno beso en los labios y mas tarde entraron junto a las jovenes que se habian sentado en el sofá del salon y habian encendido la tele para ver algo.
-Pon la Fox... Lo mismo estan Los Simpson- dijo Paula.
-Quita, quita. Mejor vemos alguna serie. Puede que este Glee.
-Es todo el rato lo mismo. Dejame ver los dibujos.
-¡Es que es el ultimo capitulo de la temporada!
-Ana... Pon las noticias- dijo Tom mientras que se sentaba en el sofá.

Ana suspiró y se levantó para ir, junto a su amiga, a su cuarto.

Laura comía con sus padres.
-Pasame la sal- dijo Alan a Ted.
-Toma- dijo él seco.

Habían tenido bronca por su hija. Ted habia ido a hablar con la tutora de Laura. El haber recogido antes de tiempo a Laura le habia traido mas de un problema. Ted entendía a su hija mientras que Alan creía ciegamente en la señora. "Esa vieja no puede culpar a nuestra hija de haber faltado media hora a la clase de economía para ayudar a una chica" habia dicho Ted. "Podia haberse ido. Que otro se hubiera encargado de la chica" le contestó Alan.
-Mama...

Laura intentaba que Alan no se cabrease mucho con ella.
-¿Que?
-Lo siento.
-No pidas perdón. Has ayudado al prójimo- dijo su padre.
-¡Vamos Ted! ¿Ahora usas palabras de la Iglesia? ¿De la que nos prohibe casarnos?

Ya estaban otra vez con la Iglesia.
-No nos prohiben casarnos. Nos dejan pero que lo haga un cura no.
-¡Mi madre quería una boda por todo lo alto! Flores en el altar, un cura, una iglesia...
-Tu madre me odia, Alan.
-No te odia.
-El dia que saliste del armario lloró desconsoladamente. ¡Pensaba que era yo quien te habia cambiado de acera! ¡Fuiste tu quien me hizo cambiar!

Laura dejó de comer. No quería otra discusion en la que se decia que su abuela odiaba a los gays. Se levantó de la mesa y salió de la cocina cuando empezó a oír gritos.
-¡Tu madre tendrá que aceptar que su hijo es homosexual!
-¡Que yo sepa tu madre tampoco estaba de acuerdo!
-¡Pero ella te acepta!
-Si... Una mujer que dice que cuando se quede viuda se meterá a monja... Muy coherente, Ted...

Laura subió corriendo las escaleras.
-¡Mira lo que has hecho! ¡La has espantado!
-¡No la he espantado! ¡Laura solo esta harta de este puto tema!

Laura entró en su cuarto y cerró de un portazo. Asi no podría oir a sus padres. Asi podría escuchar música tranquilamente.
Lucia Smith no habia ido ese día a clase y Laura estaba preocupada. ¿Estaría bien? ¿Habría ido al médico? Cogió su movil y decidió enviarla un mensaje. "Hola, soy Laura Cowell. Solo quería saber si estas bien. No has venido hoy a clase y la tutora ha llamado a tus padres... No nos ha dicho nada. Contestame, por favor". Dió a enviar. La respuesta no tardó en llegar. "Tengo los niveles de azucar bajos. El médico me ha dicho que tengo que reposar durante un dia entero. Mañana ya iré a clase y me enfrentaré a la vieja. Gracias por preocuparte" decía Lucia en el mensaje. Laura suspiró. Otro mensaje. "¿Han ido tus padres a hablar con ella?". Laura respondió rapidamente. "Si... La que he liado por recoger antes de tiempo xD".
-Laura...

La chica levantó la mirada para encontrarse con Alan.
-¿Puedo pasar?

Laura no contestó.
-Tu padre y yo lo sentimos. No queriamos discutir sobre eso en tu presencia.
-No pasa nada- dijo ella algo molesta aun.

Alan suspiró. Entró y miró a su hija mientras se sentaba en la cama y la acariciaba el pelo.
-Ya sabes como es Parker. Muy... Exigente, malhumorada, gilipollas...

Laura se rió. Nunca habia oido a su padre llamar a alguien gilipollas... Y menos a su tutora.
-Lo se pero sino recogia iba a llegar tarde.
-Lo se... Eres una chica responsable.

Laura sonrió.
-Es que quiero trabajar otra vez en verano.
-Eso esta muy bien.
-Si consigo ser camarera en un chiringuito sería la hostia.
-Esa boca- le riñó su padre.
-Perdón- Laura sonrió.
-¿Un chiringuito?
-Sol, arena, mar... Conseguiría un bronceado muy bonito.
-Lo se, amor. Puede que te ayudemos. Pero deja de pensar ahora en eso. Cuando termines la selectividad lo harás.
-Vale, mamá.

Alan sonrió.
-¿Sabes algo de la chica?- preguntó.
-Tiene los niveles de azucar bajos. Mañana ya irá a clase.
-Estará estupendamente.

-¿Lucia?- preguntó Zayn mientras que la tocaba el hombro.
-¿Si?- dijo ella con sueño.
-¿Estas bien?- preguntó el chico algo molesto. Harry le habia obligado bajar y preguntarselo antes de salir al patio.

Lucia abrió los ojos y vio a Zayn. "Mierda, ya me va a gastar una broma" pensó mientras se incorporaba.
-Si.

Zayn fingió una sonrisa y se fue. ¿Que? ¿Ninguna broma? ¿Ninguna frase? ¿Ningún "eso te pasa por practicar tanto el sexo"? Lucia se recostó y miró la hora... Eran las tres.
-Mamá- dijo con voz suave.

No contestó nadie. Miró el movil. Un mensaje de Laura Cowell y otro de su madre. "Iremos a las 15:30. Hay tráfico". Lucía suspiró. Tenía media hora por delante y por primera vez desde dias pasado tenía hambre. Se levantó como pudo y se fue a la cocina a por algo. Le apetecían unos cereales. Cogió un cuenco y los echó junto la leche. De pronto recordó el por qué Zayn no le hacía bromas. Le habia llamado moro días atras.
-Mierda...- susurró.

Estaba cabreada. Le habia tocado con la profesora que odiaba. Zayn le habia empezado a vacilar y... A ella no le sentó bien. Por eso le habia llamado moro. Lucia no recordó ningun otro momento en el que ella hubiera actuado de forma tan racista. Nunca. Es mas: le gustaba la comida china, el sushi, habia visitado mezquitas y sinagogas, casas de judios en España y estaba segura que, si hubieran ido a Alemania, le hubiera gustado saber más sobre la poblacion judia y como se sintieron durante los homicidios que se llevaron a cabo en la segunda guerra mundial por parte de los alemanes. ¡Le encantaba conocer cosas de otras culturas!
Lucia se sentía fatal... "Tendré que ir a disculparme" pensó mientras que se levantaba. Caminó hasta la puerta que daba al porche. Antes habia visto salir al chico por ahí. Seguramente Liam les habaia dicho que se quedarían para no dejarla sola. Seguro que Zayn estaba fumándose un cigarro. Salió y les buscó.
-Lucia, ¿que haces aquí?- preguntó Niall horrorizado viéndola fuera.

Liam y Niall se levantaron para ayudarla a estar de pie pero Lucia no se sentía una invalida. ¡Podia estar en pie y caminar!
-No pasa nada...- dijo ella.

Buscó a Zayn con la mirada y cuando lo encontró...
-Lo siento.

Zayn se sorprendió mientras que Harry preguntaba a qué venía esa disculpa.
-Estaba de muy mal humor y que tu me vacilases en ese momento no ayudó. No era mi intención llamarte moro.

Todos se callaron. Zayn siguió sorprendido por la disculpa de la chica.
-Quedas disculpada- dijo él serio.

Ella sabía que no era así. Sabía que seguía teniendo rencor. Tenia que humillarse pero ¿cómo? No podía comprarse un vibrador para darle la razón sobre los juguetes. Ademas no le apetecía mucho que sus padres la pillasen con eso en su cuarto. Lucía se giró y vio, a dos pasos de ella, la manguera del jardín. Caminó con intención de tropezarse con ella. Cuando estaba en el suelo, Liam y Niall se acercaron a ella mientras que ella daba algún que otro gemido de dolor.
-¿Estas bien?- preguntó Liam.
-Si. Tranquilo... He tropezado.
-¿Estas segura de que estas bien?- insitió Niall esta vez.
-Si...

Zayn sonreía en su mente. Le habia pedido perdón, la había dicho que la perdonaba secamente y ella se habia tropezado con la manguera a posta. El chico habia captado el mensaje de esa caída. Ella estaba realmente arrepentida. Quería que la gastara bromas de nuevo como hacia dos días.
Oyó como venía un coche. Seguramente era Susan que traía a Gonzalo. Les habia avisado que ese día llegaría tarde por el tráfico y le habia pedido por mensaje que se quedase él con su hija enferma. Zayn habia convencido a sus amigos para que se quedasen con él. Louis había ido a por comida para comer y así no retrasar trabajo en caso de que la señora Smith llegara tarde.
Lucía se agachó cuando vio a su hermano.
-¿Que tal estas?- le preguntó Gonzalo.
-Ya estoy mucho mejor- mintió Lucia.
-Me alegro- sonrió.
-¿Lucia? ¿Que haces fuera?- preguntó su madre mientras la miraba-. Vete a dentro. Te han dicho que reposes.
-Lo se...- dijo Lucia- Adiós chicos.

Los chicos la dijeron adiós mientras que Gonzalo se acomodaba entre Harry y Louis.
-Me han mandado tareas de mates... ¿Me ayudarás?
-Claro- contestó el del pelo rizado.


Un móvil empezó a sonar. Zayn miró la pantalla. "Karen". Mierda... Se le había olvidado volver a llamarla el día anterior cuando salió junto a la señora Smith del tunel en el coche. Seguro que a Zayn le tocaba hablar con una Karen enfadada pero sonrió.
-¿Karen?- preguntó Louis.

Zayn asintió.
-Bueno, pues id sacando vuestras carteras porque vuelvo a ganar- dijo Liam mientras que se reía.
-¿Tengo que ir yo a por las diez libras?- preguntó Gonzalo.
-No. Tranquilo, a tí te lo perdonamos- dijo Louis sacando un billete y poníendolo sobre la palma de Liam.
-¡No!- dijo mientras que se levantaba y se iba al interior de la casa.
-No aceptaré su dinero- dijo Liam bajo la mirada de Zayn.

Zayn se acordó de la llamada y la cogió.
-¿Si?
-Zayn... Puedes hablar, ¿no?

Zayn se sentó al lado de sus amigos quienes escuchaban atentamente lo que decía el chico.
-Claro que puedo hablar.
-¡He ganado! ¡He ganado!- canturreaba Liam.

Zayn le hizo un gesto de silencio.
-Genial- dijo Karen al otro lado del teléfono.

Zayn sonrió como lo estaba haciendo Karen en otra parte cualquiera de Londres.
-Quiero volver. Te perdono. No puedo vivir sin tí, amor.
-Yo...

Zayn pensó un instante. ¿Iba a volver con ella? ¿Despues de haberlo dejado tantas veces con ella por el mismo problema?
-Lo siento, Karen.
-No pasa nada- susurró ella dulcemente-. La solucion esta en que no vuelvas a hacerlo mas.
-No me refería a eso. Lo siento pero no creo que debamos volver.
-¿como?- tartamudeó ella casi sin aire.
-Nos estamos haciendo daño.
-Pero nos queremos.
-No. Yo ya no.

Y colgó cuando vió a Gonzalo venir con sus manos llenas de monedas.
-Toma, Liam- dijo el pequeño.
-Gonzalo... Has ganado la apuesta- dijo Louis pálido por la conversación que había tenido Zayn con su ya definitiva exnovia.
-Pero yo dije que no volverían nunca jamás- susurró.
-Y no lo vamos a hacer- dijo Zayn mientras miraba el teléfono-. Darle el dinero, chicos.

Gonzalo sonrió feliz mientras que Liam ponía en uno de sus bolsillos del pantalón del niño todo el dinero que había recibido.
A Zayn se le empezaron a humedecer los ojos. Recordó una frase de la película Tengo ganas de tí, la que habian visto todos juntos el día anterior: "cuando estás mal, cuando lo ves todo negro, cuando no tienes futuro, cuando no tienes nada que perder, cuando... Cada instante es un peso enorme, insostenible. Y resoplas todo el tiempo. Y querrías liberarte como sea. De cualquier forma. De la más simple, de la mas cobarde, sin dejar de nuevo para mañana este pensamiento: «ella no está». Ya no está. Y entonces, simplemente, querrías no estar tú tampoco. Desaparecer". Zayn no empezó a llorar. Era lo que sus amigos se esperaban. Tanto sufrimiento que tenía en su cuerpo... Ellos pensaban que no quería dar esa imagen.
-¡Gonzalo!- gritó Lucía por una de las ventanas del piso de arriba que dejaba ver la parte en la que su hermano estaba junto a los obreros- ¡Mamá te espera para comer!
-¡Ya voy!- chilló.

Lucía se iba a meter cuando vio a su hermano caminar pero que Gonzalo se detuviera hizo que ella también.
-¡Mira lo que he conseguido!- sacó los billetes de su bolsillo y miró la cantidad de dinero-. ¡Son cuarenta libras!
-¡Wow, peque! ¿Te lo has encontrado por la calle?
-No. He ganado una apuesta- y Gonzalo se fue corriendo.

Lucia puso cara de curiosidad y de sorpresa a la vez. Pero luego sonrió. "Y entonces me alejo así. Viendola asombrada mientras sonrie. Y soy feliz. Como hace mucho tiempo que no lo era... Culpable sólo de la inscripción que ocupa toda la fachada de su casa. Y ahora ya no tengo dudas. No tengo remordimientos. No tengo pasado. Sólo tengo ganas unas ganas enormes de volver a empezar" se decía en otra escena de la película. Esa frase se vino a la cabeza de Zayn cuando miró para arriba, a la ventana que acababa de cerrar la chica.
-Por ahí se va mi paga extra- dijo Liam cuando vio desaparecer a Gonzalo.

Pero nadie le hizo caso. Solo veían a un Zayn que no habían visto nunca: un chico que sonreía despues de haberlo dejado con Karen.
-¿Que esta pasando?- preguntó Niall.
-No tengo ni idea- susurró Harry.
-¿Es normal?-cuestionó esta vez Louis.
-No- dijo Liam.

Hope comía el puré de patatas que le habían dado en el comedor de la universidad. No tenía nada de sabor pero no estaba atenta a eso sino a su profesor a quien observaba como si fuera la ultima cosa que iba a ver en su vida. El señor se había echado en todos sus platos un líquido oscuro que estaba en una botellita de cristal. ¿Vinagre de módena? No... Vale que fuera una universidad donde se podía estudiar para chef pero la cafetería no era tan selecta. ¿Que podía ser?
Vio como el profesor se levantó y se fue de allí. Hope se levantó rapidamente y fue a la mesa que se habia quedado vacia antes de que el encargado en limpiar las mesas hiciese su trabajo. Buscó la botellita con el líquido oscuro y cuando la encontró la cogió. No tenía ninguna etiqueta. Hope volvió a su mesa donde cogió la cuchara y echó unas gotas en ella. Se lo metió en la boca y lo saboreó. Ese sabor característico de la salsa de soja no podía escapar de Hope. ¿Ese era el ingrediente que debía usar siempre en sus guisos? Si. En la salsa de soja estaba su aprobado en la asignatura de Edward.

domingo, 21 de abril de 2013

12.


Lucia bajaba las escaleras rápidamente. Se habia dormido y si no se daba prisa llegaría tarde. Tenia a primera hora con la tutora y no quería que la regañase.
Cogió su mochila y se la puso sobre los hombros.
-¡Lucia! ¿Que horas son estas?- preguntó su padre mirando su reloj.
-No me ha sonado el despertador- dijo ella.
-Buenos días- dijo su madre entrando en la cocina con su hijo a cuestas-. ¿Habeis terminado de desayunar?
-Lucia aun no lo ha hecho- dijo Paula.
-Da igual. No tengo hambre.
-Lucia, ayer no cenaste- dijo su madre.
-No tenía hambre.
-Dejala, Susan, por un día que pase hambre...- dijo Jake.

Paula llevó sus cosas al fregadero y siguió a su hermana hasta la entrada y se puso su mochila.
-¡Mamá!- chilló Lucia- ¡Nos vamos!
-Vale hijas, pasarlo bien- se oyó decir a Susan desde la cocina mientras daba el desayuno a su otro hijo.
-¡Papá! ¡Vamos! ¡Llegaremos tarde!- chilló Paula mientras salía a la calle.
-¡Ya voy!

Las hermanas se montaron en el coche cuando su padre le abrió con el mando. Paula, desde el asiento de atrás, subió el volumen de la radio extendiendo su brazo y eligió una emisora.
-Vamos- dijo su padre arrancando el coche.

El coche no se movía. No arrancaba.
-Mierda, no queda batería- miró a sus hijas-. ¿Que habeis hecho?
-¿Nosotras? ¡Nada!- dijo Paula.
-¿Estaba la radio puesta?
-Yo he subido el volumen solamente- dijo Paula-. La habrá encendido Lucia.
-Yo pensaba que la habias encendido tú.
-¿Ninguna la ha encendido?

Ambas negaron con la cabeza.
-Vale. Puede que me la haya dejado encendida toda la noche- dijo su padre.
-Vamos en el coche de mamá- dijo Lucia.
-No. Pediremos un taxi.

Lucía miró el reloj del coche. Faltaban diez minutos para que entrase en clase. No llegaría a tiempo. Suspiró mientras su padre hablaba por teléfono.
-Si. Dos taxis. Uno al centro y otro al instituto Queen. Vale. Esperamos- colgó-. En diez minutos estan aquí.
-¡Joder!- dijo Lucia.

Jake la miró por la palabrota. Lucia salió del coche dando un portazo y tiró la mochila al suelo para luego sentarse.

Harry se levantó de la cama. Eran ya las ocho y media. Empezaban a trabajar a las diez en casa de los Smith. Fue a la cocina pasando por el salon donde vio a Louis dormido en el sofá. Sonrió, cogió un cojín y se lo tiró a la cara. Louis dio un respingo del susto y cogió el cojín al averiguar que se trataba de una de las multiples bromas de su compañero de piso.
-Gilipollas.
-Yo te quiero, amor- dijo mientras falsificaba una cara triste.

Harry se metió en la cocina y cogió un vaso para luego llenarlo de café. Cuando extendió el brazo para alcanzar una magdalena del armario notó algo frio en su culo. Louis habia cogido un hielo y se lo habia metido en los pantalones. Esa era su venganza.
-Yo tambien te quiero, mi vida.

Harry cogió el hielo y lo tiró al fregadero. No se la iba a devolver, bastante habia hecho despertandole de ese modo.
-¿Has dormido en el sofá?
-Si... No podía dormir ayer así que bajé a ver la televisión.
-¿Por que no podías dormir?
-Hope.
-¿La hermana de Ana?
-No sabia que estaba aquí.
-Tio, ella tampoco sabia que estabas tu. Londres. Y menos en la casa de los Smith trabajando.

Harry sabía todo lo que pasó entre Hope y Louis en Doncaster. La primera pregunta que le hizo el chico del pelo rizado al de los ojos azules fue "¿por que has venido a Londres a trabajar si tenias alli trabajo?". La respuesta fue "Mi novia me dejo y no podía aguantar encontrarmela por las calles". Desde ahí Harry y Louis entablaron una relación de amistad y luego Louis se fue a vivir a su casa.
-Pero me jode.
-Lo se Louis... Pero no le eches la culpa a Liam de todo lo que pasó ayer porque no sabía quien era Hope.
-Lo se, lo se pero... Si le digo que aun me gusta pues que no intente juntarme con otra.
-Bueno, venga. Desayuna y vistete. Nos vamos en diez minutos a por la furgoneta.

Louis le hizo caso y desayunó y se vistió para salir a la calle.
Tardaron unos veinte minutos andando hasta el garaje donde Paul estaba ya con el papeleo y facturas. Niall le acompañaba junto a Zayn.
-¿Que tal habeis dormido?- preguntó Paul.
-Pues yo bien. Louis en el sofá- contestó Harry.
-¿Te mandó a dormir la señora de la casa al salon?- dijo Niall riéndose.
-Veo que la pareja de gays se rompe- bromeó tambien Zayn.

Louis iba a decirles algo. ¿No podian haberse callado despues de la movida tuvo el dia anterior con Hope?
-Callaros, idiotas- dijo Paul-. ¿Donde esta Liam? Llega tarde.
-Estoy aquí- dijo mientras entraba en el local jadeando.

Parecía que habia estado corriendo.
-¿Estamos ya todos?- preguntó el jefe- Pues vamos. Tenemos trabajo que hacer.

Se montaron en la furgoneta y Paul les seguía con su coche.
-La señora Smith irá hoy al centro de bricolaje para elegir los rodapies. ¿Quien quiere acompañarla?- dijo Liam mientras conducía.
-Iré yo mismo- dijo Zayn levantando la mano.
-Vale. Mientras tanto iremos quitando la madera de la habitacion de matrimonio los demas y cuando vengas, empezaremos Louis y yo a ponerlos en la habitacion de Gonzalo. ¿Os parece?- preguntó Liam de nuevo.

Todos asintieron.

Ana apuntaba en una hoja todos los promedios de la asignatura de matemáticas. El profesor parecía simpático. Ya había hecho varias bromas y había relajado a los alumnos.
-Bueno, ahora pasemos lista.

Empezó por la letra A y siguió hasta llegar a la M.
-Marshall, Ana.
-Presente- dijo ella.
-¿Eres nueva?
-Si.
-¿De donde vienes?
-De Doncaster.
-¿Estas repitiendo?
-Si. Tendria que estar en segundo.
-¿Problemas con los estudios?
-No- dijo sonriente.
-¿Por que repites, entonces? Y por favor, Ana, no me digas que te tenian mania- dijo el profesor haciendo reir a los alumnos.
-No. Dejé el colegio para entrar en una compañia modelos.
-¿Has desfilado ya en Paris?

Se oyeron mas risas de fondo.
-No. Aun no- fingió una sonrisa.
-Bueno, Ana. Mucha suerte y bienvenida.
-Lo siento. Llego tarde- dijo Paula mientras entraba en la clase cansada de correr.
-Ya lo se, Paula. Espero que tengas una buena excusa para llegar al final de la hora.
-Se acabó la batería del coche y pedimos un taxi. Y en hora punta el tráfico es terrible.
-Quedas disculpada. Puedes sentarte- dijo el profesor mientras que sonreía.

A Ana le caia muy bien el profesor. Pero alejó su atención de él para ponerla en su amiga.
-¿Que te ha pasado?- susurró.
-Ya lo he dicho- dijo mientras ponía su mochila en el respaldo de la silla y se sentaba en ella.
-Smith, Paula. También conocida como la tardona.

Paula se sonrojó y le miró cuando las risas cesaron.
-Presente. Y lo siento de nuevo.
-Quedas de nuevo disculpada.

Laura escuchaba atentamente a la profesora de historia y a su tutora mientras le daba la regañina mas grande que se podía dar a una alumna que acababa de llegar. Parece ser que Lucia no habia tenido tanta suerte como su hermana.
-Es que encima de dices que la bateria del coche de tu padre se quedó energía y que tuvisteis que venir taxi. ¡Pues la proxima vez vienes en autobus! Pero claro, como Smith es tan señorita que no puede viajar en autobus tiene que esperar a que vaya un taxi.

Laura miraba con compasion a compañera.
-Lo siento.
-¡Ya has dicho lo siento, Smith! ¡Pero no me sirve! ¿Te piensas que soy tonta? ¡Smith! ¡Que no nací ayer! Que seguro que usted se ha quedado fumando en la esquina para no venir a mi clase. ¿Sabe que esa actitud que tiene usted hace pensar que no le importa mi asignatura?
-Ya le he dicho lo ha pasado.

El timbre sonó. Era el fin de la hora. Laura empezó a recoger sus cosas.
-¡Que me da igual lo que digas! Estas castigada en el recreo. Y dile a sus padres que quiero hablar con ellos. No me gusta su actitud... ¡Cowell!

Laura se sobresaltó. ¿Iba a recibir ella tambien?
-¿Si?- preguntó con miedo.
-¿He dicho en algun momento que pueda recoger?
-No...
-Digale a sus padres que tambien quiero hablar con ellos- hizo que el libro diese un golpe sobre su mesa-. Pueden recoger.

Laura se quedó quieta. ¡Como intimidaba! Cuando vio a todos los alumnos recogian sus cosas para ir a las otras clases hizo lo mismo. ¿Que le iba a decir a sus padres? ¿"Papa, la arpia quiere hablar con vosotros"?
Se levantó y cerró su mochila. A la siguiente hora tenia economía. No le apetecía nada.
Vio a Lucia Smith palida cuando iba a decirla que se moviese.
-¿Lucia? ¿Te encuentras bien?
-No...
-Vamos al baño, venga- dijo Laura mientras dejaba sus libros en la mesa.

Un pitido hizo que Zayn saliese de la casa de los Smith. Susan le estaba esperando en el coche e irían a ver los distintos rodapiés para la casa. Zayn se montó en el coche.
-Abrochaté el cinturón. He visto a la policia a la salida de esta calle- dijo mientras sonreí la mujer.
-Vale- contestó Zayn abedeciéndola.
-Bueno... ¿Cómo te llamas?
-Zayn.
-Encantada. Nunca nos habían presentado informalmente.
-Es verdad, señora Smith.
-Te acabo de decir que nunca nos habían presentado informalmente. Deja de llamarme por el apellido de mi marido- se calló cuando vió a los policías y se alejaron-. Llamame Susan.
-Vale Susan.

Ambos sonrieron y siguieron hacia delante.
-¿Tienes alguna idea de que tipo de madera queréis?
-Creo que elegiremos la misma que antes.
-No se si seguirá habiendo el mismo modelo pero podríamos intentar buscar uno que te guste.
-Si, creo que si.

El movil de Zayn empezó a sonar. "Karen".
-¿Le importa que le coja?- dijo Zayn nervioso y con una sonrisa en la cara.
-¡Por supuesto! No me tienes que pedir permiso! Eso solo lo deberían de hacer mis hijos. Y no me hacen caso.

El movil siguió sonando y cuando lo cogió el coche entró en un tunel.
-Dime Karen- dijo Zayn nervioso por la pérdida de cobertura.
-¿Zayn? ¿estás ahí?
-Si, Karen. Estoy aquí. ¿Me escuchas?
-¿Zayn?

Y Zayn colgó. No iba a ser posible hablar con Karen en ese momento. Además estaba trabajando. Como Paul se enterase le caería una b7uena así que puso el movil en silencio.
-¿La novia?- preguntó Susan.

Una punzada en el estómago fue lo que sintió Zayn.
-Mi ex.
-Oh... Lo siento.
-No pasa nada.

Zayn suspiró.
-Zayn, ¿cuántos años tienes?
-Diecinueve.
-No debes de preocuparte por esos temas desde tan pronto. Eres joven.
-Me lo dicen mis padres también.
-Deberías hacerles caso.

Zayn miró por la ventana la oscuridad del tunel.
-¿Alguna vez te preocupaste por una relación demasiado?-preguntó Zayn.

La señora Smith se sorprendió por el clima de confianza que se había creado en el coche solo por haber dicho que no le llamase señora Smith. Sonrió.
-La verdad es que no. Tuve la suerte de no toparme con mala gente. Pero mi hija ha pasado por malas rachas.
-¿Qué pasó?

Zayn estaba intentando disimular su curiosidad hacia los amores de Paula pero... ¿Y si lo que había vivido su hija le ayudaba a él?
-Un chico le puso los cuernos hace unos meses. Iban a hacer un año o por ahí cuando el muchacho se lo dijo. Lucía se encerraba en casa. No quería salir, no quería comer.
-¿No estábamos hablando de Paula?- preguntó Zayn sorprendido.
-No. Que yo sepa ella nunca ha estado con alguien. Bueno, a lo que íbamos. Agradezco que el chico que lo dijese. Hubiera sido mucho peor que Lucía se hubiera enterado por ella misma.

Zayn suspiró y entrecerró los ojos al ver que la luz de la boca del tunel entraba de lleno en sus ojos. Quizá si hubiera hablado con Karen antes de que ella le hubiera visto con las demás chicas no estaría como estaba. Quizá seguían juntos. Quiza... Quizá todo fuera distinto.

Llamaban al timbre de la casa de los Smith mientras que los chicos sacaban todo de las distintas cajas de las herramientas. Harry miró el reloj.
-¿Zayn?- preguntó Niall.
-No puede ser. Se ha ido hace diez minutos- dijo Louis mirando su reloj también.

Volvieron a llamar. Harry se levantó del suelo tras dejar en sus sitio uno de los martillos y bajó las escaleras con intención de abrir la puerta donde encontró a Jake sujetando a su hija por debajo de los brazos. Harry se horrorizó al ver la cara blanca de Lucía.
-Espere, que le ayudo- dijo Harry mientras cogía a Lucía por el otro brazo.
-A la cocina, por favor- dijo el padre.
+
El chico de los rizos vió como Lucía casi no podía andar por ella misma. Parecía muy debil. Jake deslizó una de las sillas y los dos hombres ayudaron a la chica a sentarse.
-¿Puedes hacerle algo de comer? Ha tenido un bajon de azucar en clase- dijo Jake a Harry mientras que ayudaba a Lucía amantenerse en pie-. He tenido que salir de una reunion porque parece ser que mi mujer se ha olvidado el movil o lo tiene en silencio.
-No se preocupe. La doy algo de comer y la llevo a la cama- dijo Harry.

jueves, 18 de abril de 2013

11.

Liam les miraba. ¿Que estaba pasando? Estaban los dos mirandose como embobados. Liam sonrió al ver que su plan habia funcionado. ¡Se habian enamorado! Pero lo que pensaba Liam estaba muy lejos de la realidad.
-Os voy a dejar- dijo sonriendo.

Liam entró en la casa y Louis seguía mirando a Hope.
-¿Que haces aqui?- preguntó Louis sorprendido.
-Mi hermana... Bueno, hemos venido mi padre y yo con ella. No habia manera de tener una familia en dos ciudades distintas. ¿Y... Y tu?- preguntó Hope con la voz temblante.
-Pues que me dejo una chica porque se lo pidió su padre y necesitaba desconectar.

Hope suspiró. Louis la miraba fijamente y hacia que su mente se quedase en blanco.
-Mi padre no tenia nada que ver en ese asunto- susurró.

Louis cambio su cara de sorpresa que tenia desde que la habia visto a una de duda.
-¿Como que no? Hope, estaba yo delante cuando tu padre te lo pidio.
-Pero yo te deje, no mi padre.

La cara de duda paso a otra de furia. Pero tensó su mandíbula. Se mordió la lengua.
-¿Y por que me dejaste?
-Mira, no tengo por qué contestarse eso.

Y Hope entró en la parcela para llamar al timbre pero Louis la cogio del brazo.
-¡Hope!

Ella se intentó zafar de él, cosa que fue imposible.
-Si puedo con un saco de boxeo puedo contigo- dijo el seguro de si mismo.
-Sueltame- dijo la muchacha suavemente.

La puerta se abrió y Ana estaba bajo el umbral.
-Hola Hope-dijo su hermana sonriente- ¿Has traido los pasteles?
-Si- dijo mientras que le daba la caja con su unico brazo libre-. ¿Nos vamos?
-Si. Cojo mis cosas, me despido de Paula y de Lucia y vamos.

Ana desapareció de su vista y notó como Louis apretaba su mano contra su brazo.
-De aqui no te vas hasta que hablemos.
-Hola de nuevo, chicos- dijo Liam sonriendoles.

Louis soltó su brazo y le miró.
-¿Que tal?

Hope bufó.
-¿No podias tener amigos normales, Liam?- preguntó la chica enfadada.
-¿Perdon?- preguntó tratamudeando.
-¿No podias tener amigas racionales?- preguntó Louis.

Liam se quedó con la boca abierta e hizo que se separasen.
-No... No entiendo que pasa.
-Lo que pasa es que Hope siempre ha sido muy dependiente de su padre.
-¿Quieres dejar de meter a mi padre en esto?
-Lo intento pero no puedo. ¡Era nuestra relacion! ¡Yo estaba contigo! ¡No con tu padre!
-Si. ¡Pero fui yo quien te dejo!
-Seguramente lo hubiera hecho por ti encantado.
-¡Callate!
-¡No me da la gana, Hope!
-¡Dios! ¡Te has vuelto insufrible!

Y la discusion siguió delante de Liam hasta que Ana se unió a él. Le preguntó un "¿que pasa?" en un susurro pero él se calló. No entendía que pasaba.
-¡Te odio, Louis!
-¡Eso no me lo decias cada vez que me agarrabas la mano!
-¡Porque no sabia lo gilipollas que podias llegar a ser!- chilló Hope con los ojos rojos de furia.
-¡Tu me volviste así despues de que tu padre metiese en medio de nuestra relacion porque no aguantaba que su hija saliese con un...! ¿Como me llamaba? ¡Obrero!
-Quizá lo decia porque lo eres.

Louis tensó la mandíbula pero Hope no le hizo no caso.
-Vamonos Ana- dijo la chica de forma autoritaria.
-Si...

Louis la iba a volver agarrar del brazo pero Liam posó su mano en su hombro mientras que las hermanas se iban y daban un portazo con la puerta de la verja.
-¿Que ha sido eso?

Pero Louis no le hizo ni caso. Solo entró en la casa.

Paula entraba en la habitacion de su hermana la cual estaba hojeando los libros del curso que empezaba.
-Lu... ¿Te apetece ir a comer a la piscina? Han dicho en las noticias que las temperaturas van a bajar en pocos días y quiero aprovechar el poco sol que queda.

Su hermana la miró poco convencida pero sonrió.
-Es una buena idea. Podemos coger algo de comida china e ir.

Paula sonrió y se fue a su habitación preparar la mochila. Tambien se puso un bikini de color azul y cogió su movil.
-Dime Paula- preguntó su madre nada mas coger la llamada.
-Queria avisarte de que Lucia y yo nos vamos a la piscina de laa urbanización. Pediremos algo de comida china y vendremos mas tarde.
-Okey-dijo su madre algo distraída. Seguramente estaria leyendo algun documento en el ordenador de la oficina-. Llevaros crema solar.
-Si, mamá.
-Pasarlo bien-dijo su madre y pocos segundos despues colgó.

La muchacha sonrió y fue al baño a por la crema. También cogió una toalla y lo metio en la mochila. Cerró la mochila mientras salía de su cuarto.
-¿Lucia, estas lista?

Entró de nuevo en el cuarto y vio a su hermana en la misma posicion solo que hablando por telefono.
-Vale. Si. Si. ¿Cuanto será en total? Estupendo. Traigalo a la dirección que le he dado. Muchas gracias- dijo mientras colgaba y la miraba-. Nuestlo pedido de comida china selá tlaido en un lato- dijo mientras imitaba al chino que le habia atendido.

Paula sonrió y cogió su cartera.
-¿Cuanto te deberé?
-Tranquila, a la próxima invitas tú. ¿Que hora es? Tengo hambre- dijo mientras miraba su reloj.
-¿Has preparado ya la mochila?
-No. Estaba hojeando el libro de historia y me han dado ganas de suicidarme. Me apetece una mierda estudiar la revolución rusa.
-Tranquila.
-Voy a ir preparando la toalla y cambiandome. Ahora bajo.

Paula bajó las escaleras y oyó como un coche aparcaba. Pudo distinguir el todoterreno de su padre y como bajaba junto a su hermano. Llamaron al timbre y entraron en la parcela.
-Hola Paula- dijo Gonzalo mientras que corria con su mochila a la espalda.

Paula se agachó y le besó en la mejilla.
-Hola Paulita-dijo su padre mientras ponia su mejilla a una altura de veinte centimetros sobre la de hija-. Lo siento, siempre se me olvida que eres bajita.

Paula le dio un golpe en el brazo y Jake fingió dolor.
-¡Ay!
-Por meterte conmigo.

El hombre se rió.
-¿A donde vas?
-Vamos Lucia y yo a la piscina.
-¿Habeis avisado a vuestra madre?
-Si.
-Entonces os dejo salir.

De pronto se empezaron a oir voces. Los chicos bajaban del piso de arriba con todas las cosas.
-Buenas tardes, señor Smith- dijo Niall siendo cortés.
-Buenas tardes, chicos. ¿Alguna novedad?

Jake se habia ganado con su simpatia a los chicos y por eso ellos le contaron todo lo que habian hecho eso dia inteumpiendose unos con otros. Jake sonreía mientras atendia.
-Tambien hemos empezado a poner los rodapies en el cuarto del niño y así esta ya terminada- dijo Liam.
-Si. Tambien hemos limpiado el polvo que quedaba en la habitacion asi que... Como nueva prácticamente- contestó Harry.
-Por cierto, creemos que deben ir ya eligiendo las nuevas puertas para que podamos ir...

Pero Zayn quedó en silencio cuando vio a Lucia bajar por las escaleras. Se negaba a hablar delante de alquien quien le habia llamado moro. Lucia se temió lo peor pero no hizo ninguna broma sobre la poca ropa que llevaba. ¡Iba a la piscina! Solo necesitaba una camiseta de su padre para ir vestida.
-Pato, ya estoy lista- dijo mientras que terminaba de bajar lasa escaleras.

Su hermana la sonrio.
-Esperad, chicos- dijo Jake-. Poneros crema y que no se acerque ningun chico. Que me conozco a cada uno del vecinario y no hay ninguno que valga la pena- bromeó.

Las hermanas pusieron cara de fastidio.
-Chicas, ¿Quereis que os llevemos?- preguntó Niall que, desde que Paul le habia dicho que no iba a ser despedido, estaba muy feliz.
-No importa. No esta muy lejos. Ademas tenemos que esperar aun a la comida- dijo Lucia sonriente.

De pronto el sonido de una moto se acercaba.
-Tomad, anda- dijo el padre sacando su cartera y dandolas un billete-. Para que pagueis al chino mandarin.

Lucia lo cogio mientras que Paula hacia, con ayuda de sus manos, que sus ojos quedasen como los chinos. Los chicos se rieron.
-Bueno, chicos, me estabais diciendo algo de unas puertas- dijo Jake cuando sus hijas salieron de casa.
-Si. Muchas de ellas se han estropeado por la parte baja por haber absorbido agua asi que seria conveniente cambiarlas.

Jake suspiró.
-Y todo esto porque el enano no queria ir a Alemania.

Volvieron a reirse.
-Le diremos a Paul que si necesitaa decirle algo que le llame- dijo Louis.
-Muchas gracias chicos- dijo el hombre dejandoles paso para que pudieran salir.
-Vendremos sobre las cinco-dijo Harry.
-Cuando queráis.

Los chicos le sonrieron amables y salieron para encontrarse con las hermanas que estaban pagando al motorista por su comida.
-Muchas gracias- dijeron las dos casi a la vez.

El chino se montó en su ciclomotor y se fue mientras que Liam abría el maletero, tiraba de una de las palancas y hacia que otros tres asientos salieran.
-Venga, que os llevamos- dijo sonriendo.

Zayn le miró momentáneamente mal, cosa que Liam no captó, y abrió la puerta del copiloto.
-No hace falta, Liam- insistió Lucia.
-No digais tonterias- dijo Niall.
-Venga Zayn, las damas delante- dijo Harry tirando de su brazo para que se sentase en los asientos de detras.

Encima de llamarle moro, Lucia iba a ocupar su asiento del copiloto. Gruñó pero obedeció.
Paula y Lucia sonrienron y se sentaron delante para poder guiar a Liam mientras conducía.
-¿A que piscina vais?-preguntó Louis intentando sacar tema de conversacion.
-Una cercana. Donde hay una bar de batidos. Tiene un ambiente caribeño- dijo Paula mientras indicaba a Liam que girase a la derecha.
-Creo que se cual es- dijo Louis-. ¿Hay cerca un Zara?
-Si- contestó Lucia.
-¿No te da vergüenza ir con una camiseta grande por la ciudad?- preguntó Harry asombrado.
-¿Yo? Hijo, perdí la vergüenza muy pronto- contestó Lucia divertida.
-Seguro que lo de los juguetitos de Zayn te la ha quitado más- se rió su hermana. -Puede ser. De todas formas- Lucia se giró para ver al moreno-, muchas gracias por no vacilarme delante de mi padre.

¿Le estaba hablando? ¿Despues de llamarle moro? ¿Asi? ¿Tan tranquila? Imposible. Zayn no dijo nada, la ignoró.
-Vale. Es aquí- dijo Paula cuando llegaron a una gran verja de barrotes de hierro-. Muchas gracias por traernos.
-De nada- contestaron todos menos Zayn.

Ambas sonrieron y se bajaron junto a Louis y a Zayn que iban a ponerse de copilotos en los dos asientos que habian dejado las hermanas.

¿Revucion rusa? ¿Las dos Guerras Mundiales? ¿El nazismo y el fascismo italiano? Laura tampoco iba a poder con eso. Preferia el verano. Siempre y cuando sus padres la dejaban trabajar como camarera. Amaba ese trabajo. Bebida gratis. Ligar facilmente. Y todo por trabajar tras una barra. Aunque tambien cansaba mucho. ¿Por que no trabajar en un chiringuito? Se le sumaria un buen bronceado y playa. Podria aprender a hacer surf. A Laura no le digustaba la idea. Sonrió. Seguro que a sus padres tambien le entusiasmaba la idea. Su hija haciendo surf.
-¿Que tal el primer dia, nena?- preguntó Ted, uno de sus padres adoptivos.
-Genial.
-¿Quien te ha tocado de tutor?
-A la de historia.
-Bueno, tambien me dio clases a mi. Te diré algunos trucos para que te tenga pelota.
-Por favor, Ted. Nuestra niña ha salido airosa siempre- dijo Alan, su otro padre.

Lo mejor que le podia haber ocurrido a Laura era que un matrimonio de gays la adoptasen con unos pocos meses. ¡Era genial! Era como... Tener a dos amigas en casa. Podias hablar de todo sin tapujos.
-Ya lo se. Pero Laura y yo pensamos que esa señora es una arpia que esta amargada porque no encontró un marido. Y ahora esta sola- dijo Ted haciendo que la palabra "sola" quedase mas marcada para que su marido se enterase bien.
-Chicos, no esta bien meterse con la gente.

Eran tan distintos. Laura nunca estaba aburrida en casa. Todo de lo que hablaban ellos era un verdadero espectáculo.
-Mama, papa tiene razón.

Alan la miró con cariño. Aunque fuera hombre, amaba que le llamase mama. Ademas, si no le gustaba, se habria acostumbrado con el paso del tiempo.
-¿Lo ves, Alan? Laura me apoya siempre. Lo mismo pasó con el incidente de la tarta de nuestras madres. La de la mia esta mucho mas buena- dijo bromeando.
-¿A que vuelves a dormir en el sofá?

Laura se rió. Que la adoptasen fue lo mejor que le pudo pasar.
-Bueno, dejemos ese tema aparte- dijo Alan-. ¿Te ha tocado con Emma?
-Mama, te dije que Emma se cambiaba de colegio.
-Es verdad. Entonces... ¿Con quien te ha tocado?
-Con nadie especial.

Ana miraba a su hermana que comia su filete algo tensa. Su padre la miraba todo el rato.
-¿Y mamá?
-Trabajando. Llegara sobre las seis- dijo Hope mientras se metia un trozo de carne y lo masticaba sin intentcion de sabearlo.

Ana miró a su padre y luego a su hermana. Habia intentado preguntarla de qué conocia a Louis y de qué estaban hablando pero parecia tan enfada que le daba miedo.
Su padre las miró.
-¿Qué tal vuestro día?
-Me ha tocado en la misma clase que Paula Smith.
-Me alegro mucho. Me gusta esa cha. Algun dia te la tienes que traer a comer.

Ana sonrió y su padre le correspondió con otro gesto de cariño. Luego miró a su otra hija que estaba centrada, ahora, en la ensalada.
-¿Y tú?
-Normal- dijo seca.
-Es raro que no hayas hecho algo de tus especialidades.
-He traido pasteles- dijo borde.
-¿Que te pasa?
-Ya te he dicho que estoy normal.
-Hope, puedes decirmelo.

Tom vio la mueca que puso su hija. Se se lo decia seguro que se enfadaba.
-Hope...- dijo Ana.
-Ana, nadie te ha dado vela en este entierro.

Ana no sabia lo que podia pasar. Ella no sabia que habia hecho Tom entre Louis y Hope.
Ella recordó la primera vez que le vio. Fue cuando se tropezó y cuando el le cogio de la cintura para que se cayese. El recuerdo de ese azul intenso de sus ojos hizo que Hope sonriese por primera vez desde el brusco encuentro pero cuando su padre insistió en que se lo dijera cambio la cara.
-Me he encontrado con Louis.
-¿Que Louis?
-El obrero.

martes, 2 de abril de 2013

10.


Eran las diez y media de la mañana del peor día del año. Después de tres meses de vacaciones, Lucía volvia al temido instituto. Ese día solo necesitaba unas pocas hojas y un bolígrafo. Lo metió todo en una pequeña carpeta. Pero los demás días tendría que llevar una mochila con un gran fichero y los libros del día. También un estuche y además la comida. Pero ese día solo eso. Miró su cuarto. Estaba todo hecho un desastre. Los obreros no habían acabado de poner el suelo de su habitación. Esperaba que cuando volviese a casa ya estuviera solucionado.
Alguien la cogió de la cintura y se pegó el susto del siglo.
-¡Gilipollas!- soltó Lucía al separarse de Zayn.

Él se rió. Todos tenían una sonrisa en la cara. Bueno, todos menos Niall. Ese día volvía Paul. Y era el último día para Niall en ese grupo de obreros. Necesitaría algo para intentar tranquilizarse a media mañana.
-Lucía- dijo intentando poner una sonrisa.

Lucía le miró.
-¿Si?
-¿Podemos salir de la habitación?
-Uuuhhh- soltó Zayn haciendo con sus dedos algo parecido a un corazón.
-Claro- dijo Lucía ignorando al moreno.

Salieron y Niall susurró algo. Lucía dijo que si. Sacó de uno de sus bolsillos un cigarro y se lo dio. El rubio sonrió y le dio las gracias.
-Niall...
-¿Si?- dijo él antes de abrir la puerta de la habitación.
-No te preocupes por lo de tu trabajo.

Él sonrió. Su amiga le habría dicho de lo que a él le preocupaba. Era otra característica del principito. Cuando se le decía algo lo decía. Ana era el mismísimo principito. Era la principita.
-Si hay alguien que aquí no va a perder su trabajo eres tú. Tú eres el único que se centra. Los otros se pelean, se van a fumar o ayudan a Gonzalo con las matemáticas- dijo Lucía a quien Gonzalo le había dicho el secreto que tenían entre manos él y el de rizos-. Tu estas todo el día trabajando.

Niall sonrió. Visto de esa forma tenía el trabajo asegurado.
-Muchas gracias, Lucía.

Ella le guiñó el ojo y fue escaleras abajo.
Lucía o estaba de buena honda o de mala leche. Eso lo había averiguado el rubio durante esos días. Suspiró y se metió el cigarro en uno de los bolsillos que tenía el mono de trabajo que usaba. Entró y sus amigos le miraron.
-El rubio esta que se sale- dijo Harry.
-Lo mismo te deja usar sus juguetitos- dijo Zayn.
-¡Callate!- dijo Liam-. Pobre chica. Siempre estas con lo mismo. ¿Has visto algo en sus armarios relacionado con eso?
-No...
-Pues para, que ya cansa. Cualquier día te pega una hostia- dijo Liam.

Liam no estaba de mal humor. Solo era que su lado caballeroso había salido a la luz. Después de estar unos días cabreado volvía a ser él mismo. Miró a Louis quien le ignoraba. Suspiró y miró a Zayn.
-¿Entendido?
-Pero...

Liam le alzó la ceja a lo que Zayn respondió con un si.

Ana estaba perdida. Había mucha gente y oía como una campana sonaba repetidamente. Paula llegaba tarde. ¿Y sí no venía? ¿Y si se había puesto mala? ¿Quién la ayudaría en el primer día de clase? Tenía un nudo en el estómago. La gente la miraba como preguntándose quien era esa chica. ¿Era nueva? ¿A quien buscaba?  Todos se giraron cuando Ana fijó su mirada en su amiga Paula que venía con su hermana. Lucía se quedó con un grupo de chicos que la esperaban y Paula llegó a su lado.
-¿Nerviosa?
-Un poco.
-Tranquila. Seguro que nos toca en la misma clase.

Ana sonrió. La tranquilidad de Paula hacía que ella pareciera serena. Entraron por una puerta al instituto y Paula la iba guiando por los pasillos hasta llegar a uno donde todo el mundo estaba revuelta. Paula se hizo paso entre en grupo y tiró de Ana. Leyeron una hoja llena de nombres.
-En 1ºD no estamos. Vamos a esa clase.

Y repitieron esa acción hasta dar cn la lista adecuada.
-A ver, 1ºB. Veamos...

Paula empezó a leer la lista mientras movía el dedo sobre la hoja para no perderse ni un solo detalle.
-¡Ana Parker! ¡Aquí estas!- chilló Paula de repente.

Ana seguía en tensión. Solo respiraría tranquila cuando su amiga le dijese que estaban juntas en esa clase.
-Y aquí estoy yo- Paula se giró-. Te dije que estaríamos juntas.

Y soltó el aire. La gente le estaba mirando y se puso roja. Que se pusiese roja no la iba a ayudar a que no la mirasen pero no podía evitarlo.
-Vaya, vaya. ¿Qué tal Paula?- preguntó una voz masculina detrás suyo.

Ambas se giraron. Un chico moreno y alto las miraba.
-Hola Brad- dijo Paula intentando fingir una sonrisa.
-Hola...- dijo él mirando a su amiga.
-Me llamo Ana- la contestó intentando parecer segura de si misma.
-Encantado Ana. Soy Brad.

Ella se volvió a sonrojar cuando el chico se acercó a ella para darle dos besos en las mejillas. Sonrió y se volvió a centrar en Paula.
-Te vi el otro día en el parque. Ibas con tu hermana y con otra chica.
-Si. Era Ana.

Paula en ese momento solo deseaba una cosa.
-Que hostia te pegaste.

Eso era lo que no quería que el "malote" de la clase hubiese visto. Conociendole le vacilará durante todo el curso y se lo contarán todos.
-Te fuiste cogeando.

Paula miró a Brad y se sonrojó.
-Estuve riéndome durante un buen rato con los chicos. Scott consiguió una buena foto.

Se acabó. Ya estaba perdida durante todo el curso. Además el chico no mostraba ninguna ninguna pizca de interes por preguntar como estaba Paula. En su cara podía verse que lo único que quería era reirse un poco de ella.
-¿Y de tu careto tienen alguna foto?- preguntó Ana.
-¿Perdón?
-Me has oído perfectamente.

No contestó ninguno ya que el timbre sonó y vino un profesor.
-¡Venga chicos! ¡A vuestras clases! ¡Que en diez minutos os veis!- dijo mientras separaba a una pareja de novios besándose.

Brad miró a Ana. Y ella le devolvió la mirada con asco.

Paul entró en la casa y subió al piso de arriba. Estaban los chicos tranquilamente cuando reconocieron el sonido de esos zapatos y el ritmo de las pisadas. Habían pasado mucho tiempo con él y esos detalles estaban en sus cabezas.
-Hola chicos- dijo Paul sonriente.

Ellos le respondieron lo mismo mientras que guardaban todas las cosas y sacaban los cartones. Tenían que ir adelantando trabajo. Habían estado vageando un poco. Paul sonrió a los chicos pero notaba la ausencia de uno.-¿Y Niall? Quiero hablar con el-dijo cambiando el tono de voz.
-Ha ido a la cocina un momento. Ahora vendrá- dijo Louis.
-Ya bajo yo.

Paul se giró y bajó las escaleras. Buscó en la cocina de los Smith la figura del rubio. No le vio pero lo que si vio fue su sombra en el patio. Salió al porche y le vio de espaldas.
-Niall...

Niall sintió como su mundo experimentaba la teoria del Big Bang. Lo poco que tenía se hacia pedazos con la seria voz de su jefe. Esos pedazos pensaba que iba a ser imposible de juntar. Se giró mientras dejaba que el humo del cigarro que le habia dado Lucia saliese de entre sus labios.
-¡Estas fumando, Niall!

Eso no fue una pregunta. Fue una exclamación. Lo dijo tan alto que los chicos lo oyeron desde el piso de arriba y haciendo que se sorprendieran de Niall.
-Esto...
-¡Niall!
-Lo siento.
-¡No lo sientas, coño! ¡Tiralo!

Niall hizo caso a la imponente voz de Paul lleno de miedo. Piso la colilla y miró al hombre que se acercaba a él y le dio una colleja.
-¡Ay!- dijo Niall.
-¡Por fumar!

Le dio otra. ¿Que estaba haciendo? Niall sentia arder su nuca. Paul estaba enfadado.
-¡Y esa por pensar que te iba a despedir!

Niall empalidecio. Mas de lo normal. ¿Como sabia eso él? ¿Como lo habia averiguado? Iba a decir algo pero Paul se interrumpio.
-Me lo dijo Harry el otro día.

Otra colleja.
-¡Ay!
-¿Como te voy a despedir, Niall?
-¡No lo se!
-¿Por que piensas eso?
-¡No lo se!
-¡Deja de decir que no lo sabes y contestame! ¿Por que pensabas eso?
-No lo...

Otra colleja.
-¡Ay!
-¡Vamos! ¡Para arriba! Vamos, se entera mi mujer que os he despedido a uno y me envia a dormir al sofá hasta que le volviese a contratar.

El rubio se rió imaginandose a Paul en un sofá con una manta y una almohada. Pero la risa se le fue cuando Paul empezó a restregar su puño sobre su pelo.
-Es que eres tonto. ¡Y como te pille otra vez fumando te enteras!

Niall salió corriendo antes de que a Paul se le ocurriese darle una patada en el culo como hizo cuando descubrió una cajetilla de tabaco a Zayn. Paul le siguió por las escaleras. Tenía que hacer otra cosa.
-Liam...

Este se giró despues de hacerle burla a Niall.
-¿Si?
-Vete al centro de bricolaje a por mas madera. Os queda poca.
-¿Cuanta compro?
-Coge unas veinte cajas. Que te aompañe Louis. Vale que hagas deporte pero no creo que tus brazos de boxeador puedan con tanto.

Un vaso de agua fria. Eso fue lo que sintió Louis al escuchar la orden de su jefe. Vio como Liam se levantaba y salía. Ahora era cuando él debia levantarse y seguirle.
-Paul, iré yo- dijo Harry al ver la cara de su amigo.
-No. Tu directamente no tienes brazos. Eres un flojo. Él tiene pinta de poder con mas peso.
-Pero...
-Da igual, Harry. Ya voy yo- dijo por fin Louis.

La madre de Hope era una inoportuna. Para un día que no tenia clase cuando Edward comia, la llamaba para decirle que ese día no iria a comer a casa, que tenía mucho trabajo y que tenía que ir a recoger a su hermana. Hope resoplaba y llamo a Ana.
-Petarda, ¿donde estas?- preguntó mientras caminaba por uno de los amplios pasillos de la universidad.
-Estoy en el instituto. Paula me lo esta enseñando.
-Vale. ¿Vas a ir a su casa luego?
-Espera que la pregunto- Hope esperó durante unos segundos-. Dice que si.
-Vale. Te voy yo a buscar alli. Mama tiene trabajo y no va a venir.
-¿Cocinas tú?
-Si.
-¿Y tienes clase ahora de reposteleria?
-Si...
-Pues vente a buscarme sobre la una y media. ¡Y trae pasteles!- dijo Ana antes de colgar.

¡Tendra morro! Bueno, la verdad es que a ella no le importaba llevarse sus "tareas" a casa. Siempre era recibida con agradecimientos cuando traía, segun su padre, esos manjares. Pero... ¡Que morro!
Miró su reloj. Si no se daba prisa llegaria tarde a la clase.

Lucia miraba a su tutora de ese año. Era la que le dio mas de un problema el anterior año en clase de historia. Era una mujer cercana a los sesenta años con el pelo largo y castaño. Tenia muy mala uva y cada vez que miraba a uno ese se ponia nervioso. Le podría decir cualquier cosa. Ese día parecia estar de muy mal humor. Mas que de costumbre y por eso cuando una alumna empezó a reirse por algo que le habia dicho su compañera la miró y castigó a todos sus alumnos.
-¡De aquí no nos vamos hasta que esteis durante cinco minutos callados!

Solo era el primer día y ya estaban castigados. Se oía como la profesora se sentaba en su silla y empezaba a dar golpecitos con el pie en el suelo. Estuvo asi durante veinte minutos. Siempre que alguien susurraba algo el castigo era alargado.
Cuando salieron a la calle Lucia buscaba a Paula que estaba con Ana apoyadas en el coche de su padre. Camino de forma acelerada. Estaba furiosa. Si ya le daba miedo el ultimo curso, mas le daba que su tutora fuese la profesora de historia. Llegó al coche y cuando estuvo dentro cerró de un portazo.
-¿Con la de historia?- preguntó la señora Smith.

Ella solo tuvo que decir que si y su madre empezó a maldecir a la señora. Despues empezó a hablar a su hija sobre como llevar ese curso.
-Y ante todo: no la hagas enfadar- dijo cuando las tres chicas bajaban del coche rojo de Susan.

Lucia no iba a poder con esa señora durante todo un año. Iba a ser muy duro. Estaba muy enfadada pero eso se agravó cuando entró a su casa, dejo la carpeta que habia llevado a clase sobre la mesa de la cocina con violencia y se encontró con Zayn.
-Vaya, ¿un mal dia? ¿Algun chico se niega a usar los juguetitos contigo?
-No estoy de humor Zayn- contestó.
-Eso es un si, ¿verdad?
-Callate, moro- susurró.

Aunque eso ultimo lo dijo como un susurro, el chico lo oyó.
-¿Que?- preguntó.
-¡Ya me has oido!

Zayn la miró con desprecio. No era la primera vez que oía un comentario racista hacia su persona pero le jodio.
-Vale. Ya te dejo en paz.

Liam ponía su ultima caja en el maletero del coche y esperó que Louis pusiese la que tenia en sus brazos para cerrar las puertas. Acto seguido se montaron en el coche. Louis no miraba a Liam que conducia la furgoneta. Este ultimo miró a su amigo que parecia muy enfadado con él aun.
-Louis, ¿puedo hablarte sin que montes un escandalo?

Louis no le contestó.
-Me lo tomaré como un sí.

Louis suspiró y miró por la ventana.
-Louis... Lo siento.

Louis no le contestó.
-¡Venga ya, Lou!
-No me llames asi.
-¿Como? ¿Lou? Siempre te llamamos asi. ¿Ahora resulta que te molesta?
-No me molesta pero...
-Louis, ya te he pedido perdon.
-Lo se- dijo mientras que tensaba la mandíbula e intentaba estar sereno.
-¿No piensas decir nada?
-¿Que quieres que te diga?
-No se. Un "te perdono" estaria bien.
-Vale. Te perdono.
-No me lo digas como si quisieras complacerme.
-Vale. Pues no te perdono.

Liam vio un semaforo en rojo y detuvo la furgoneta.
-¿Por que no?- dijo elevando la voz.
-¡Porque no me da la gana!
-¿Esto sigue siendo porque me quedé hablando con la camarera?
-Si. Has dado en el clavo. Parece ser que no eres tan tonto como pareces.
-Yo no te estoy faltando al respeto. Y si es por lo del otro dia no entiendo porque a Harry y a Zayn no les dices nada. Por una vez que lo hago yo me como yo el marrón.

El semaforo se puso en verde y aceleró.
-Es que pienso que ahora voy a estar solo. Que vas a probar la vida que llevan ellos y que te va a gustar.
-Dios mio, empiezas a hablar como mi madre- dijo Liam cambiando la marcha.
-No hablo como tu madre.
-A ver, yo no voy a seguir su estilo de vida.
-Me alegro.
-Deberias echarte una novia como lo estoy intentando yo.
-No veo que la mejor forma sea empezar a hablar con la camarera de una discoteca.
-Por algo se empieza. Tienes que acercarte a una chica que te miré mucho y hablar. Puede que sea la indicada.
-¿Para que? Sé que no va a serlo.
-¿Por que? Si no lo intentas...

Pero en la mente de Liam se dibujó una bombilla y se encendió antes de continuar con la frase.
-¡Dios mio, Lou! ¿Quien es?
-Te he dicho que no me llames asi- dijo él intentando cambiar de tema.
-¡No me jodas Louis! ¿Por eso no te acercas a ninguna chica los fines de semana? ¿Te gusta alguien?
-Liam... No quiero hablar de eso ahora.
-¡Dios mio! ¡Te gusta una chica! ¿Como se llama?
-Liam...
-¡Que fuerte!
-Liam, para.
-¿Por qué?- preguntó extrañado mientras aparcaba en la puerta de la casa de los Smith.
-¡Porque me dejó!

Louis iba a abrir la puerta pero Liam puso el cerrojo.
-Louis... ¿Por que no nos lo dijiste? Espera ¿Por que no nos dijiste que tenias novia?
-Aun no os conocia.
-Espera, que te dejo... ¿Hace cuando? ¿Ocho meses?
-Diez.
-¿Y todavia...?
-Si. Todavia no me he olvidado de ella.
-Pero... Louis, tienes que acercarte a las chicas. Si siempre la tienes en la cabeza normal que no la hayas olvidado- dijo Liam.
-Lo he intentado Liam. ¡Lo juro! Pero es muy dificil.

Un coche se iba acercando a la casa y aparcó a pocos metros de ellos.
-¡Ey! A esa la conozco- dijo Liam mirando a la chica que estaba en el coche-. Va a mi gimnasio. Da cada golpe al saco...

Otra vez la bombilla aparecio en la mente de Liam.
-Vamos, Lou. Voy a presentartela. Lo mismo...
-No me apetece nada- dijo Louis.

No necesitaba a otra boxeadora en su vida. Daba la casualidad de que su exnovia tambien practicaba ese deporte. No queria conocer a alguien que tuviera las mismas aficiones que ella.

Hope bajó del coche y sacó con cuidado la caja donde llevaba los pasteles que le habia pedido su hermana. No le habian salido tan mal. Esta vez Edward se habia portado con ella y con todos los de la clase. No habia habido ningun pastel espachurrado contra el suelo. Ni ninguna critica negativa. Esa clase habia estado bien. Hope pensaba que esa circustancia tendría que ver con algo. Puede que la posicion de los planetas fuese perfecta y que influyese en su profesor o que alguien le hubiese amenazado para que aprobase a la clase. Hope se rio en su mente. El profesor era demasiado duro como para dejarse intimidar. Seria la primera opción. Cerró el coche y se giró para llamar al portero.
-¡Hope!- dijo Liam sonriente.

Ella se giró y vio a su compañero de gimnasio.
-Hola Liam- dijo ella al reconocerlo.
-¿Que haces aquí?- preguntó.
-Pues vengo a por mi hermana.
-¿Quien es tu hermana?
-Se llama Ana...
-¿Ana es tu hermana? Dios, no os pareceis en nada.
-¿Conoces a Ana?
-Si. Es que estamos trabajando aqui ahora. Un niño, que inundó el suelo para no irse de viaje.
-¡Joder! ¡No tenia ni idea!
-¡Hala! ¿Traes pasteles?
-Si. Los he hecho hoy. ¿Quieres uno? Deben de estar buenisimos si mi profesor ha dicho que estan aceptables.
-Pues... Me encantaria- dijo Liam sonriente.

Hope abrió la caja y eligió uno. Mientras lo estaba sacando...
-Bueno Hope, quiero presentarte a un amigo.

Hope oyó pasos pero no levantó la vista hasta que hubo sacado el pastel y lo tuviera en la mano. Se le cayó al suelo al ver su cara. ¿Como era posible? No. Debia de estar soñando. Pero no porque notó como el pastel caía sobre sus sandalias y le manchaban todo el pie.
-¡Hope!- dijo Liam.
-¿Hope?
-¿Louis?
-¿Os conoceis?

9.


Lucía estaba en la cama de su hermano con el movil. Ya que su hermana y su amiga habían llegado tarde a ella no le había importado dormir con el niño que más se movía mientras estaba en los brazos de Morfeo. Gonzalo no le había dejado dormir bien durante esa noche pero cuando se levantó parecía estar como una rosa aunque estaba enfadado. Otra vez esos martillazos le habían despertado. Siempre le pasaba lo mismo. Se levantó tan rápido que a su hermana le sorprendió. Abrió la puerta y salió para regañar a los obreros. Estos estaban levantando el suelo del cuarto de Lucía pero estaban en silencio. El único que estaba alegre era el de los rizos pero las caras largas de los demás le quitaban la razón para poner en su cara una sonrisa. Louis estaba enfadado porque se tuvo que ir de la discoteca porque Liam se había quedado hablando con la camarera y Liam se sentía mal por eso. Zayn estaba triste. Karen le había pillado por quinta vez siendo infiel y Niall intentaba trabajar para seguir en su puesto de trabajo. Harry se sentí incómodo con esta situación por lo que intentó sacar una sonrisa a Louis.
-¿Qué tal ayer, Lou? ¿Ligaste?
-Lo siento, Harry, pero mi vida sexual no es tan activa como la tuya.

Harry se calló pero lo intentó con Liam.
-¿Y tú, Liam?
-Pienso exactamente igual que Louis.

Louis dibujó en su cara una sonrisa burlona que reflejaba su molestia.
-¿Y esa cara?- preguntó Liam.

Niall y Zayn levantaron las cabezas para ver la expresión de su amigo. Harry intentó decir algo para que, si se le cruzaban los cables, Louis no montase un pollo.
-Tú sabrás- dijo Louis después de reflexionar durante unos segundos.
-¿Qué quieres decir con eso?
-Que mucho no llevar una vida sexual como la de Harry pero bien que me dejaste abandonado por la camarera.

Todos les miraron. A Liam por haber conocido a alguien y a Louis por la contestación que había dado.
-¡No te abandone!
-Te fuiste a por algo para que bebiésemos y no volviste. ¡Ahora resulta que eso no es abandonar!

Liam le contestó de mala manera y Louis de otra forma aún peor. La Tercera Guerra Mundial empezó en esa habitación. Dos bandos rivales que defendian su postura. Liam era Alemania y había hundido el Lusitana de Louis. Gonzalo, que estaba en la puerta mirándoles, solo se preguntaba una cosa. ¿Qué era tener una vida sexual activa? No. Mejor. ¿Qué era sexual?
Zayn surguió como un tratado de paz para detener la disputa.
-¡Callaros, coño! ¡A mi Karen me dejó ayer y no estoy así!- chilló.

Gonzalo se estremeció en el sitio por la elevada voz del moreno pero gracias a eso la acción bélica se había detenido.
-¿Te pilló?- preguntó Harry.
-Si. Tuve que echar a la rubia cuando Karen me avisó de que venía. No se encontraron por las escaleas pero me pilló un chupetón en el pecho.

Silencio de nuevo. Niall les miró. La cara de Zayn reflejaba tristeza. ¿A quién se le ocurría poner los cuernos por quinta vez a una chica si sabía que tarde o temprano la chica le descubriría? Pero el rubio no pensaba en eso. Sacó la cartera y la abrió. Tenía que ahorrar pero... ¡Qué diablos! ¡Podía ganar treinta libras! Cuarenta si Paul se animaba a apostar. Sacó diez libras y las puso sobre una caja de cartón.
-Vuelven en una semana.

Zayn le miraba.
-El lunes- dijo Liam imitando a su amigo.

Louis hizo lo mismo pero con el miercoles como fecha. Harry puso su dinero para apostar en un tiempo de dos semanas.

Zayn sonrió. No le gustaba esas apuestas pero... ¿Y las esperanzas que mostraban sus amigos hacia él? Eso le recomfortaba mucho.
Cuando iban a quitar el dinero para darlo el día que se decidiera quien era el ganador al afortunado una voz aguda entraba en el cuarto con una hucha.
-¡Esperad!

Todos miraron a Gonzalo que había escuchado toda la conversación. Él también quiería formar parte de ese juego.
-Yo también quiero apostar- dijo mientras entraba en el cuarto con el pelo alborotado ya que solo hacía unos diez minutos que se había despertado.
-¿Cómo?- preguntó Liam asombrado.

Gonzalo se sentó en el suelo para girar la lata y quitar el tapón.
-¿Cuánto habeis puesto?- preguntó el niño.
-Gonzalo... Eres muy pequeño para apostar- dijo Harry intentando impedirlo.
-¿Tienes miedo de perder contra mí?

Todos le miraron y se quedaron con la boca abierta. ¡Joder con el niño! pensaron todos.
Harry se había picado. Nunca le había desafiado nadie tratandose de dinero. ¡Y menos un niño de seis años!
-Hemos puesto diez libras.
-Vale- dijo Gonzalo mientras metía la mano en la hucha y sacaba el dinero en monedas.
-Bueno, ¿que fecha quieres poner?- preguntó Louis divertido.

Gonzalo se lo pensó.

Ana se despertó y salió de la habitación de Paula para poder desayunar algo. Su madre la habia llamado para ir a por ella. Esa había sido su última noche en la casa de los Smith. Tenía que prepararlo todo para luego.
Entró en la cocina donde el señor Smith leía el periódico y donde la mujer lavaba los vasos que habían usado para desayunar.
-Buenos días Ana. ¿Qué tal has dormido?- la preguntó el padre con una sonrisa.
-Bien. Gracias por preguntar Jake.
-¿Que quieres de desayunar?- preguntó Susan sonriente.
-Me da igual.
-¿Leches con cereales esta bien?
-Claro- contestó Ana sonriente.

Susan la sonrió y Jake siguió leyendo el periódico.
-Llamó ayer tu madre para recordarte que hoy volvias.
-Si. Lo se. Me ha llamado hace un rato- contestó Ana a la señora Smith.

La señora le dio un cuenco y le dejo un cartón de leche y el de los cereales. Ana se echó lo que quiso. Sació su hambre y luego bajó Paula a la que había dejado durmiendo.
-¡Que cara!- dijo su madre.

Paula sonrió.
-He dormido poco.
-¿A que hora volvisteis?- preguntó su padre.

Paula y Ana se miraron. Habían vuelto a las tres cuando debían haber vuelto a casa a la un y media. Habían tenido suerte de que los señores Smith hubiesen salido hasta tarde la pasada noche. No les habían pillado.
-A las dos menos cuarto- dijo Paula.
-Un poco tarde de la hora de quedada- la contestó su padre sin quitar la vista del periódico que tenía entre las manos.
-Lo sé. Pero solo cuarto de hora.

Un golpe. Dos golpes. Tres golpes. Cuatro golpes. Así todo el rato. Llevaba desde las nueve de la mañana en el gimnasio. Otras personas preferían la bicicleta estática. Otras preferían las pesas. Pero Hope, en ese sentido, no era como los demás. Ella amaba el boxeo. Otro golpe. Millones de pensamientos se le pasaban por la cabeza cada vez que daba un golpe. Se imaginaba a sus ex. Otras veces al profesor de la universidad. Otras veces a su padre. Había veces que lo amaba y otras veces lo odiaba. Aunque estaba pensando en su padre, no daba al saco imaginándose su cara sino estaba intentando llevar a cabo la idea  que le había dado. ¿Cómo podría averiguar cual era la especia que más le gustaba a su irritante profesor? No había forma. Siempre tenía clases cuando él se iba al comedor donde, según él, daban la peor comida que había probado. ¿Cómo lo haría? ¿Cómo podría averiguarlo? Dio otro golpe al saco negro que colgaba del techo y se tiró al suelo. Estaba totalmente agotada y jadeaba de cansancio. Llevaba dos horas sin descanso. Tirada en el suelo frio intentó alcanzar la botella de agua que había traido para refrescar su garganta que estaba seca. Dio un suspiro largo y bebió. También se mojó el pelo dejando caer agua sobre su trenza de espiga deshecha. Debía levantarse y seguir pensando como llevar a cabo su plan pero en el suelo se estaba muy agusto. Demasiado.
Su movil empezó a sonar. Se quitó el belcro que ajustaba sus guantes con los dientes y se los quito para contestar.
-¿Si?
-Hope- dijo su madre-.Tienes que ir a por algo de comida. Hoy cocinas tú. Tu padre y yo nos vamos a Doncaster a ver a unos amigos. Volveremos por la noche asi que, como ya te he dicho, cocinas tú.

Suspiró.
-Si estas en el gimnasio ve a ducharte y vente.
-Vale mamá- dijo ella.

Colgó y se levantó. Guardó sus guantes en la bolsa y la cerró. Un recuerdo la paralizó un momento cuando unas sombras la hicieron creer que eran manos que sujetaban el saco. La costó descubrir que no era como se había pensado. Y la costó una desilusión. Su ex pareja le había sujetado el saco multiples veces cuando notaba que su novia, por el estres de la selectividad, necesitaba algo de boxeo. Movio la cabeza diciendose a sí misma que no estaba. Que Hope había iniciado una nueva vida en otra ciudad.

La tensión seguía en el cuarto de la hija mayor de los Smith. La notaban todos. Incluso Gonzalo, que se había ofrecido voluntario para acercarles las herramientas que le pedian, la notaba. Cada vez que Louis o Liam le pedían un martillo o papel de lija lo hacian con voz grave. Como si supieran que la discusión no había acabado. Como si estuvieran esperando que, el más mínimo problema que les incumbiese a los dos, el segundo asalto empezase. No. No se había acabado. Niall intentaba mantenerse distraido para no imaginarse en la cola del paro cuando se le cayó el móvil del bolsillo.
-Niall, se te acaba de caer el móvil- dijo Louis borde.
-¿Pero por qué le hablas así?- le preguntó Liam.

Se miraron mal. Pero Louis no le contestó. Zayn, Harry y Niall suspiraron por el alivio que sentían. Qué equivocados estaban.
-Le hablo como me da la gana.
-¿Perdón?- preguntó Liam.

Harry mandó a Gonzalo que saliese de la habitación y este le hizo caso.
-Que le hablo como me da la gana.
-¿Pero a ti que coño te pasa?- chilló Liam.

Chillaban, gritaban, se levantaron y cuando todos los demás se incorporaron para que el asunto no llegase a manos una voz femenina les interrumpio.
-¡Que quiero dormir, joder!- dijo Lucía entrando mientras entraba-. ¡Si quereis mataros a puñetazos iros a la calle! ¡Quiero dormir!

Louis se puso de cuclillas. La muchacha le había intimidado mucho. ¿Qué le estaba pasando? Siempre hacía lo mismo. Cuando una mujer se imponía más que él paraba de pensar, paraba de revelarse. Liam también se sentó. Este por educación. Sabía que estaban armando mucho jaleo esa mañana.
-Lo siento- susurró.

Lucía se sintió orgullosa de sí misma. Les había callado. En la casa ya no se oía nada. Solo la televisión del piso de abajo. Sonrió placentera y se giró. Se había impuesto a dos hombres.
-De que mal humor te has levantado, Lucía.

Claro que la alegría se le iba cuando a Zayn se le ocurría vacilarla. Torció su sonrisa y se mordió el labio para callarse. No tuvo mucha voluntad.
-Ya ves. Eso de dormir con alguien, que cansa mucho- dijo sin girarse.

Zayn se quedó sorprendido. Nunca se hubiera imaginado que una chica que no conocía de mucho le dijese que había tenido sexo la noche pasada. Aunque Lucía el único ejercicio que había hecho era coger a su hermano en brazos mientras dormía para subirle a su cuarto y dormir a su lado.
-Me alegra de que esta noche no hayas tenido que usar tus juguetes.

Pero ella no le oía ya. Se había vuelto a meter en la cama.