lunes, 27 de mayo de 2013

18.


-¿Ya estas mejor?- preguntó Liam a Niall.
-Que no estaba borracho, joder- dijo Niall molesto.

Ana se llevaba riendo por esa situación desde hacía un buen rato. Liam estaba vacilando a su amigo ya que se aburrian.
-Menuda rubia se te ha acercado antes, ¿eh?- dijo Liam.
-¿Que rubia?
-La del bar. ¿No lo recuerdas?- Liam puso cara de resignación-. ¿Ves como vas borracho?

Niall le miro mal mientras que Ana intentaba no reírse sonoramente por la cara del rubio.
-Tengo hambre.
-Pero si ya hemos cenado. ¿Ves como vas borracho?
-¡Que te calles Liam!

Niall intentaba suspirar pero cada vez que lo hacía le vacilaban más.
-¿Te falta el aire? A ver si te va a dar un coma etílico... ¿Ves como vas borracho?
-Joder, que pesado eres, Liam.

Ana se reía a más no poder. La actitud del rubio le hacía mucha gracia aunque este la miraba mal.
-Ya paro de reírme- dijo Ana mientras paraba de reírse y respiraba hondo.
-¿Y Harry? Y, Liam, no me digas que si voy borracho.
-Vale- dijo Liam, que estaba a punto de soltar la "famosa" frase de la noche-. Estaba en la fuente pero no se donde estará ahora... Como no se hayan dado de hostias allí.
-No. Nos habría llamado para pedir ayuda para darle- dijo Niall.

Lo que ellos no sabían era que Harry estaba pasando uno de los momentos mas divertidos de su vida. Estaba vacilando a la hermana pequeña de los Smith en uno de los calabozos de la capital.
-¡Cuidado! ¡No pises la rata!- dijo de repente antes de empezar a reírse sonoramente por el grito que había soltado Paula mientras daba pequeños saltos para evitar el roedor-. ¡Has vuelto a picar!- dijo entre carcajada y carcajada el rizos.
-¡No tiene ni puta gracia!- dijo Paula.
-Vamos, Paulita, aquí no hay ratas. Pero si cucarachas... Como esa- dijo señalando al lado del pie de la chica.

Los gritos de asco volvieron al calabozo haciendo los demás detenidos se riesen. Había un hombre de unos treinta años junto a otro joven de unos quince años.
-¿Y tu por qué estas aquí?- preguntó Harry al hombre para entablar algo de conversación antes de volver a gastar bromas a la chica.
-Me han pillado con cuarenta gramos de cocaína en la chaqueta.
-Ah- susurró Harry ante aquella respuesta fría-. ¿Y tu?
-Estaba en una fiesta y uno se ha intentado ligar a mi chica así que le he clavado una navaja...

En ese momento Harry dio gracias a Dios a que, entre él y el joven, estuviese el drogadicto. No fuera a ser que dijese algo que le molestase y el obrero acabase en el hospital por un navajazo. Pero se sintió relajado al pensar que el policía que estaba en la recepción comiéndose una rosquilla le habría quitado el arma de filo.
-¡Paula! ¡Una araña!
-¡Ah!- chilló esta de nuevo dando saltos de nuevo.

Los tres chicos se rieron.
-¿Y vosotros?- preguntó el hombre.
-Nos metimos en una fuente.
-¡Ah! ¡Escándalo público!- dijo el adolescente-. Así empecé yo.

¡Joder! Además el chico iba a tener una ficha propia en la policía... ¿Que más abría hecho?
-¡Paula! ¡La araña la tienes en el pelo!
-¡Ah! ¡Quitadmela!- dijo mientras intentaba que la manta que le habían dado para que no cogiese una pulmonía por la ropa mojada, no se callese mientras se alborotaba el pelo- ¡Quitadmela!

Las risas volvieron pero esta vez el policía les miró.
-¡A ver! ¡Que pasa allí!
-¡Agente! ¡Cambieme de celda!- chilló Paula que estaba cansada de que Harry la vacilase y que los otros dos se rieran.
-No puedo. No hay más.
-¡Pues saqueme de aquí! ¡No soy una delincuente!
-Lo siento- dijo el policía mientras se volvía a centrar en su rosquilla pero que la puerta de comisaria se abriese hizo que dejase de lado el bollo y se pusiera bien en la silla-. Hola.
-Hola- dijo con voz temblante Lucía.
-Dime. ¿Que quieres?
-Vengo a por Paula Smith.
-¡Aleluya!- chilló Paula mientras miraba a Harry feliz-. Yo me voy y tú te quedas.

Harry la miró mal pero se levantó.
-¿Eres mayor de edad?- preguntó el policía.

Aquí estaba el dilema de Lucía. ¿Dejar a su hermana en comisaria porque ella solo tenía diecisiete años o darle el carnet falso y arriesgarse a que le pillara y hacer compañia a los detenidos?
-Si- dijo mientras que abría su bolso y sacaba el carnet de identidad.

Lucía le mostró el documento que, gracias a Zayn, ya no marcaba que su fecha de nacimiento era 1995 sino el 1994.
-Esta bien- dijo el policía mientras que se levantaba casi sin haber observado el carnet,

Lucía respiró aliviada cuando vio que el hombre se dirigía a las rejas que delimitaban unos cuatros metros cuadrados del espacio y la abría.
Paula salió sonriente mientras pensaba que Harry, quien le había metido en todo eso y quien le había estado gastando bromas con ratas, arañas y cucarachas, se quedaba allí. Pero esa no era la realidad.
-¡Tú! ¿Vas a dejar de hacer el gilipollas o vas a salir?
-¡Si, señor!- dijo el de rizos mientras salía tras Paula dejando solos a los otros dos detenidos.
-¿Que?- preguntó Paula-, pero si...
-Paulita, me podía haber ido en cualquier momento ya que soy mayor de edad pero cualquiera te deja sola con esos dos- susurró Harry.

Paula le intentó dar un puñetazo pero este los esquivó.
-¡Tú!- le regañó su hemana-. ¿Quieres volver al calabozo?
-No, no.

Harry se rió mientras.
-Os podéis ir- dijo el agente-. Pero antes me tienes que dar la manta.

Paula le miró. Se refería a ella. Se destapó haciendo que un escalofrío recorriera toda su columna vertebral por el frio.
-Dios- dijo Lucía mientras que se quitaba el abrigo.

Paula no ententió nada hasta que se miró. El vestido blanco, como estaba mojado, se le pegaba al cuerpo y se le trasnparentaba dejando ver su ropa interior rosa.
-¡Mierda!- dijo Paula mientras que le quitaba a Lucía su abrigo de entre las manos y haciendo que Harry y los detenidos se rieran por las vistas.

Lucía la ayudaba a taparse mejor mientras que el policía hablaba.
-Llegará una carta a su domicilio. Nada importante.
-Vale- contestó Lucía mientras que miraba mal a Paula.

Salieron los tres del lugar y bajaron las escaleras que daban a la acera donde Zayn esperaba fumandose un cigarro algo impaciente pero al ver que Lucía salía con los dos sonrió.
-Te dije que el carnet falso colaría con ese tio.
-¡Calla!- susurró la morena-. Te puede oír.
-Conociendo su historial estará por la vigésimo sexta rosquilla de la noche. Estará concentrado en eso y no en lo que pase aquí fuera.

Zayn abrió la puerta e hizo pasar a Paula a uno de los asientos de atrás del coche que estaba usando. Harry hizo un ademan de sentarse en el asiento del copiloto.
-A atras.
-Pero...
-Castigado- dijo Zayn.

Harry se resignó y dejó el asiento a Lucía, la cual seguía nerviosa.
-Estas temblando- bromeó Zayn estando ya al volante.
-No todos los días te presentas en comisaria a sacar a tu hermana del calabozo con un carnet falso.

Paula, ante este comentario, bajó la cabeza avergonzada.
-¡Una araña!- dijo Harry de repente.

Pero Paula no picó esta vez y le dio un puñetazo en el hombro.
-¡Ah!- dijo Harry.
-¡Paula!- riñó Lucía.
-¡Es Harry! ¡Es tonto!
-¡Encima que me quedo contigo para que no te pase nada en el calabozo!
-¡Fue tu culpa!
-¿Mi culpa?- chilló Harry enfadado.

Lucía no podía aguantar más la presión y miró a Zayn, que estaba concentrado en conducir su viejo Renault.
-¡Callaos!- dijo Lucía-. ¿Por que os han arrestado?
-Paula estaba discutiendo con uno en la calle.
-¿Discutiendo?- preguntó Lucía.
-Si- susurró Paula.

Si Lucía preguntaba con quién estaba perdida.
-¿Con quien?
-Con uno cualquiera.
-Paula...
-No le conoces.
-¿Harry?
-Creo que se llamaba Brad- contestó el de rizos.

Lucía empalideció al escuchar el nombre pero buscó fuerzas para seguir hablando.
-¿Brad?

Paula no le contestó.
-Paula, ¿era Brad?
-Si...

Lucía se enfadó más de lo que estaba con su hermana. ¿Que necesidad había de hablar con él?
-Paula, te recuerdo que le dejé porque me puso los cuernos y uno de los pocos rumores que había era que tú fuiste la otra.
-¿Ya estamos con eso?- chilló Paula.
-¡Si! ¡Ya estamos con eso!
-¡Te dije que no fui yo! ¿Quien le haría eso a una hermana?

Zayn empezó a escuchar la conversación junto a Harry. ¿Un ex? ¿Cuernos?
-¡No se quien lo haría pero el rumor...!
-¡Me da igual el rumor, Lucía! Rompí mi amistad con él para demostrarte que yo no era la otra.

Paula esperaba una respuesta pero el coche se paró enfrente de la casa de los Smith haciendo que Lucía bajase del coche junto a su hermana.
-Metete para adentro.
-Pero...
-Metete y sube a darte una ducha- ordenó Lucia.

Paula iba a decir algo de nuevo pero su hermana la ignoró al girarse hacía el coche. Debía darle las gracias a Zayn por llevarla a cenar y ayudarla con Paula. Dio unos golpecitos en la ventana y Zayn se tubo que estirar para bajar la ventanilla de la otra puerta.
-Gracias por todo.
-De nada.
-Ha sido una noche...
-Lo se. Algo cansada.
-Pero me lo he pasado bien.
-Entonces lo tendremos que repetir- dijo Zayn.
-Cuando quieras- contestó la chica con una sonrisa.

Zayn respondió a su sonrisa con otra y volvió a subir la ventanilla cuando Lucía se giró para entrar en la casa.
Harry miraba a Zayn desde el asiendo trasero del coche y, antes de que arrancase, gracias a un movimiento ágil, pasó al asiento del copiloto.
-¡Harry!- chilló Zayn- ¿No podías bajarte y volver a subir?
-Era mas rápido esto.

Zayn arrancó el coche y se alejaron de la casa.
-Con que no ibas a salir, ¿eh?- dijo Harry insinuando algo.
-Con que ahora eres un delincuente, ¿no?- contestó Zayn.
-No me cambies de tema. ¿Habías quedado con ella antes de decirnos que no salías o después?
-¿Que?
-Que si ella era el plan para hoy.
-¿Que me estas contando?- bromeó Zayn.
-¡Sabes a que me refiero!

Zayn se rió mientras miraba a Harry.
-Solo ha sido un plan ocasional. Esta mañana no me apetecía ir a discotecas. Podía encontrarme a Karen. Asi que busqué un plan alternativo.
-¿Con la hija de los Smith? ¿Con la que te llevas a hostias?
-Para no encontrarme con Karen...
-Bueno, si quieres mañana vamos a un sitio nuevo. Han abierto un bar cerca de Picadilli Circus. Si quieres...
-Estaría bien.
-¡Genial! ¡Los obreros calientes mañana arrasarán!

Zayn se rió cuando paró el coche. La figura de tres personas por una de las calles le detuvo.
-¿Os llevamos?- preguntó Harry.
-Apareceis en el momento oportuno- dijo Liam mientras sonreía-. Niall va borracho.
-¡Joder! ¡Que pesado!- contestó Niall mientras abría la puerta.
-¿Te llevamos, Ana?- preguntó Zayn amablemente.
-No importa. Vivo cerca asi que...
-Vamos, para adentro- dijo Harry haciendo un movimiento con la cabeza.

Ana sonrió y, a pesar de que su madre la había dicho que no se montase en coche de desconocidos, obedeció al chico.
-¿Como que estas aquí?- preguntó Liam antes de ponerse el cinturón de seguridad a Zayn.
-Este- señaló a Harry con un leve movimiento de cabeza-. Ha estado en comisaría.

Niall se empezó a reir al ver que Harry recibía una colleja por parte de Liam.
-¡Ay! ¡Es Zayn quien se merece la colleja! ¡Ha salido con la hija mayor de los Smith!
-¿Con Lucía?- preguntó Ana extrañada.

Zayn no contestó pero como el que calla otorga...
-¡Que fuerte!- dijo Ana- ¡Pero si os llevabais mal!
-Pues ahora son novios- dijo Harry.
-No digas tonterías- contestó el moreno.

Louis dejaba en el suelo la bolsa de boxeo que Hope siempre llevaba al gimnasio. Los dos habían estado alli. Hope dando puñetazos al saco y Louis sujetándoselo. Como en los viejos tiempos. Todo era tan... diferente para ambos. Días atras estaban gritandose y diciendose que se odiaban en la casa de los Smith pero en ese momento estaban relajados el uno con el otro. Estaban bien. Ambos sentían un nudo en el estómago. Quizá era el nerviosismo que sentian. O quizá el miedo a decir algo que la cagase.
Hope se sentó en uno de los escalones de la puerta de entrada y el chico la siguió. Estaban a medio metro el uno del otro. Ni lejos ni cerca. Lo ideal para aquella noche en la que Louis tenía la esperanza de poder aclarar todo con ella.
-Hace buen tiempo- dijo Hope.
-Bueno... Son las tres de la mañana. Con una sudadera se esta bien.

Hope contestó con un sonido de afirmación.
-¿Sales tan tarde del gimnasio siempre?
-Normalmente a las doce pero como me han conseguido un combate...
-Lo has hecho muy bien.
-Muchas gracias.
-Ha habido algun que otro momento que veía que la negra te mataba a golpes.
-Ha sido porque me he dejado arrinconar. No debo cometer ese error otra vez.
-¿Vas a luchas mas veces.
-Si puedo si.

Y el tema se acabó. ¿De que podrían hablar?
-Me ha sorprendido que vinieses a verme- susurró Hope.
-Para mi tambien fue una sorpresa cuando se me ocurrió.
-Hoy no nos hemos gritado como el otro día.

"Porque no estaba tu padre" pensó Louis.
-¡Es verdad!- dijo Louis intentando ser convincente ya que llevaba pensando en eso durante el tiempo que había pasado con Hope.
-Es un avance- dijo, mas bien preguntó.
-Si...

Las luces de un coche cegaron a los dos. Y es que, a pesar de que su madre le había advertido que no se montase en el coche de ningún desconocido, Ana había llegado a casa sana y salva.
-Creo que es mi hermana- dijo Hope mientras se levantaba.

Louis la miró desde abajo, aun sentado. Las luces del coche la hacían parecer un ángel. Estaba tan guapa como hacía un año.
Ana apareció y se sorprendió de ver a Louis con su hermana.
-Creo que me meto en casa- dijo Hope mirando a Louis.

Louis se levantó y la miró.
-Vale.

Hope se giró a su hermana y la dio un beso en la frente y mientras que ellas entraban en su casa, Louis salía del jardín. El coche se había ido asi que la única luz que le mostraba el camino de vuelta a casa era la que venía de las distintas farolas.

jueves, 16 de mayo de 2013

17.

El grito que había soltado Paula a Brad había sido tan fuerte que había hecho que Ana y sus acompañantes girasen la cabeza para ver la escena. Lo siguiente que pudieron ver los chicos era como la discusion seguía y seguía. Los gritos de Paula se oían mucho haciendo que algunos vecinos se quejasen.
-¡No son horas!- chilló uno desde la ventana.
-¡Callaros o llamo a la policía!- chilló otro.

A pesar de todo la discusión no paraba. Liam podía ver como Paula estaba nerviosa y acorralada contra la fuente. De pronto un taxi llegó haciendo que la hija pequeña de los Smith se pusiera los tacones que tenía en la mano.
-¡Brad! ¡Que no quiero hablar contigo!

El chico le debió de contestar algo que hizo que ella soltase un grito.
-¡Alejate de mi!

Harry vio como Ana iba a ir a ayudar a su amiga.
-Id yendo. Ya voy yo- dijo Harry.

Los chicos le miraron dudosos pero Niall cogió del brazo a Ana haciendola girar.
-¿Estas seguro?- preguntó Liam al ver que los otros dos ya se habían alejado unos metros.
-Si. Tranquilo- Harry sonrió.

Liam le dio unas palmadas en la espalda y empezó a correr junto a la otra pareja.
Harry centró la vista en la discusión de nuevo y se fue acercando para oír mas de cerca la disputa.
-Brad, esta ya mi taxi. Me vuelvo a casa.
-No- el chico giró la cabeza para ver el taxi. Le hizo un gesto y el vehículo se fue-. Ya no esta.
-¡Brad! ¿Eres gilipollas o qué?
-Solo quiero hablar contigo, Paula- dijo Brad mientras que se acercaba a ella.
-¡No te acerques!

Harry fue acelerando el paso y vio, por culpa del chico que se estaba intentando acercar mas a Paula y que esta se iba alejando por eso, como la chica se chocaba con el bordillo de medio metro de altura y caía al agua. Paula, que estaba sentada de culo dentro de la fuente y con la ropa mojada, estaba gritando.
-¡Joder!

Harry empezó a correr hacía el lugar.
-¡Eh!- chilló.

Pero Brad le ignoraba. Se había metido tambien en la fuente mojandose los pantalones hasta la altura de la rodilla para ayudar a Paula.
-¡Eh!- volvió a chillar el de rizos mientras que, como Brad, se metía en la fuente para ayudar- ¡La has tirado!
-¡No la he tirado!- dijo él mientras le cedia la mano a la muchacha para ayudarla.

Paula le apartó la mano y le salpicó enfadada.
-¡Vete!- gritó ella furiosa.
-¡La has tirado!
-¡Que no la he tirado!
-¡Te he visto, joder!
-¡Que no la he tirado, hostias!- chilló enfadado Brad mientras volvía a ceder su mano pero de nuevo fue salpicado-. ¡Joder, Paula!
-Vete- dijo Harry intentando estar más calmado.

Brad miró a Paula que le miraba mal.
-Vale- susurró decepcionado.

Salió de la fuente sacudiendo sus piernas en el aire como si eso fuera a secarle los pantalones y los zapatos y se fue alejando.
-Toma mi mano- dijo Harry pero Paula le salpicó como había hecho con el otro. Harry suspiró-. Toma mi mano.

Paula, por ella misma, se intentó poner de pie pero la ropa mojada y los tacones hizo que volviera a perder el equilibrio. Harry intentó cogerla antes de que se volviera a caer pero él acabó encima de ella.
-¡Quita de encima!

Harry la hizo caso con dificultad por el agua fría y por la ropa que estaba calada. Volvió a tender la mano a la chica.
-Tenemos que irnos ya- dijo resaltando la ultima palabra el chico.

Pero no. Ya no había tiempo. Unas sineras empezaron a sonar y un coche aparcó enfrente de ellos.

Sobre el ring estaba Hope. El jefe del gimnasio la había conseguido un pequeño combate contra una chica de color. Tenian pesos parecidos, alturas parecida. Y ambas eran muy buenas. El gerente estaba ansioso por saber cual de las dos iba a ganar. Se estaban preparando ambas. Y, aunque a Hope solo le faltase ponerse los guante, veía el combate muy lejano en el tiempo. Llevaba tanto tiempo deseandolo... Un combate.
-¿Estais listas, chicas?- preguntó el gerente, que iba a hacer de arbitro.

La otra chica fue la que contestó nerviosa ya que tambien era primeriza en el ring.
-Chicas, ya conoceis las reglas- dijo el gerente.

Hope dijo que si junto a la otra chica. Se pusieron cada una en una esquina y, cuando sonó el silvato, ambas fueron al centro con los puños por delante de la cara. Estaban defendiendo. "Un paso adelante, dos atras, un paso adelante, dos atras" pensaba Hope cuando vio que la negra tenía ganas de darla un puñetazo. Cuando Hope lo esquivó empezó con su ataque. Ahora todos los pasos iban hacia adelante. Fueron de una esquina a otra mientras que Hope la daba puñetazos en los guantes que protegían la cara de la otra.
-Marshall...-dijo el arbitro metiendo un brazo entre los cuerpos de las dos boxeadoras para separarlas-, nada de juego sucio. Nada de arrinconar. Conoces las reglas.

Hope dijo que si como pudo con la cabeza ya que llevaba un casco que pesaba mucho y que llevaba rendijas.
-Volvemos a empezar.

Hope suspiró junto a Mery, la otra chica, la cual se sentaba en el taburete para descansar.
-Vamos, Steele. ¿Estas ya cansada?- dijo Hope para picarla.

Por esas palabras, el combate que comenzó no fue el mismo que el primero. La cosa era mas seria. La chica daba golpes seguidos y más fuertes mientras que Hope no podía hacer otra cosa que andar hacía atras. Pero cuando Hope vio que estaba bajando la guardia, la dio un golpe en la boca del estómago haciendo que Mery se cayese al suelo y se retorciese de dolor.
El gerente suspiró. Ya había una ganadora: Hope, que se agachó al suelo para ayudar a su rival.
-Bien jugado- dijo esta cuando se sintió bien.
-Vamos, Steele. Vamos a por algo de agua. Lo has hecho muy bien, ¿eh?- dijo el gerente mientras se llevaba, con cuidado a la chica de color.

Hope se quedó sola y suspiró triunfante. Pero, en vez de saltar de alegría, se bajó del ring y fue a su saco. Había cometido el error de dejarse arrinconar en una de las esquinas. Eso no tenía que volver a ocurrir.
Dio un puñetazo al cuero. Y otro. Y por cada balanceo que daba el saco que desconcentraba haciendo que dejase de golpear. Pero el saco dejó de moverse y se estuvo quieto. Alguien lo había agarrado de los costados. Hope sabía quien era. Era él siempre el que tenía la poca precaución de sujetar el saco por los lados. Nadie lo cogía de ahí. Cualquier golpe podría ir a los dedos y romperlos. Solo se apoyaban las manos en la zona opuesta a la que se estaba golpeando para que no se balancease.
-Lo has hecho muy bien- susurró Louis entre golpe y golpe.
-Gracias- dijo Hope seca.
-Has debido de entrenar mucho...
-¿Sinceramente? Si.

Hope dio un golpe en el centro del saco. Y notó que tenía la garganta seca. Necesitaba beber algo de agua. Paró de dar golpes y se giró para intentar coger una de las botellas de agua que había sobre uno de los bancos.
-Espera. Te ayudaré- contestó Louis al ver que ella no podía ni quitarse el casco que aun llevaba puesto ni abrir la botella.

Hope elevó la cabeza para que Louis pudiera desabrochar el broche que estaba bajo su menton. Este, despues de oír el click, la quitó el casco y más tarde cogió la botella y la abrió para, después, dejar caer algo de agua sobre la boca de Hope que estaba abierta.

Lucia bebía un poco de Coca-cola mientras que Zayn estaba enfrente de ella en una hamburguesería. Al final habían salido. Como esa mañana Zayn le había propuesto el plan Lucia no pudo negarse despues de que el chico fuese a su casa. Al principio pensó que iba a ser algo muy seco pero se lo estaba pasando bien.
-¡Dios! ¿Esto es un cigarro?- preguntó Zayn mientras que Lucía le daba el cigarro que le había pedido.
-Si.
-Parece un porro.
-Ya se que parece un porro. Pero lo he hecho yo y estoy orgullosa de mis progresos- contestó Lucia mientras le cedía el mechero.
-¿Es de verdad un cigarro? A ver si aparte de ninfómana vas a ser hippie.
-¿A que te quito el cigarro?

Zayn daba una calada al cigarro después de encenderlo con el mechero y se lo dejó a Lucía que había sacado otro para ella.
-No. Esta muy bien hecho- Zayn intentó no reirse mientras que lo decía.
-Dame el cigarro.
-¿Que?
-Te has quedado sin cigarro.
-Pero... Esta muy bien hecho. Es verdad.

Lucía le volvió a mirar mal.
-Como me vaciles una sola vez mas te pringo de mostaza- dijo Lucia.
-Vale, hippie.

Lucía, ante el comentario de Zayn, cogió el bote de mostaza avisándole.
-Lo juro- dijo Zayn intentando parecer serio y no reirse.

Lucia pareció convencida y dejo el bote de mostaza sobre la mesa y Zayn lo apartó divertido de su lado por si su ropa podía salir perjudicada tras alguna broma. Pero, más tarde se centró en Lucia.
-No deberias fumar si te mareas.
-Solo me ha pasado dos veces. Es una bajada de azucar. Además, si me ocurre tengo un kitkat en el bolsillo.

Lucía lo sacó y cogió una barrita.
-¿Quieres?

Zayn, mientras que expulsaba el humo del cigarro por la nariz, extendió el brazo por encima de la mesa para alcanzar algo del chocolate que le había ofrecido Lucía.
-Gracias- dijo antes de llevarselo a la boca y comerselo-. ¿Quieres ir a algun otro lado?
-No. Creo que debería ir a casa. No vaya a ser que llegue mi hermana y no este... O mis padres.

Zayn sintió que la escena le resultaba extraña pero la miró y sonrió.
-Esta bien. Te llevaré en el coche- susurró él.

Lucía también sonrió mientras ladeaba la cabeza hacía un lado.
-Gracias.

Los dos se levantaron y Zayn sacó la cartera cuando ella tenía intención de pagar.
-Guardate esto- dijo el moreno mientras que cogía el billete que había dejado la chica en la mesa y se lo daba-. Pago yo.
-No digas gilipolleces. Yo tambien tendré que pagar.
-Yo te he invitado asi que pago yo.
-Repito. Yo pago mi parte- dijo Lucia mientras que volvía a coger el bote de mostaza.

Zayn la miró sorprendido. Esa conversación tambien le resultaba extraña. Pero finalmente la dejó pagar su parte.
-Gracias- dijo Lucía victoriosa.

Zayn puso los ojos en blanco pero Lucia la ignoró. Su movil estaba sonando.
-¿Y este número?- preguntó ella algo sorprendida por el largo y poco corriente número que la estaba llamando.
-Dejame ver.
-¿Si?

Lucia le había vuelto a ignorar y había descolgado la llamada.
-¿Paula? ¿Desde donde me llamas?- preguntó Lucia extrañada-. ¿Que?- la chica casi chilló-. Pero... ¿Que haces allí? ¿Que? ¿Como que estas detenida?

Zayn miró a su acompañante y le quitó el movil.
-Paula, ¿como que estas detenida?- preguntó Zayn mientras que pasaba la palma de la mano que tenía libre por el hombro de Lucia, que se había sentado agobiada, de una forma protectora.
-¿Quien es?- preguntó Paula.
-Soy Zayn.
-¿Zayn?
-¡Hola, Zayn!- se oyó por la otra linea gritar a Harry.
-¿Harry?

Pero la llamada se cortó. Zayn supuso que el policia que les estuviera vigilando habría colgado. Pero no pasaba nada porque Harry, que tambien tenía derecho a una llamada, llamó, esta vez, a Zayn.
-¿Harry?
-¡Hola, Zayn!

Zayn soltó una leve carcajada al oir la alegria de su amigo a pesar de las circustancias por las que estaba pasando. Pero se puso serio. Paula y Harry estaban detenidos.
-Harry, necesito que hables ahora solo como monosílabos. ¿Lo has entendido?
-Claro.

Zayn puso, como antes, los ojos en blanco.
-Solo di si o no. ¿Lo has entendido ahora?
-Si.
-Vale.

Zayn suspiró mientras que veía como Lucía se ponía pálida. Se estaba mareando así que hizo un gesto a una de las camareras que vino rápidamente al ver la cara de Lucía.
-¿Quieres algo de helado? Te vendrá bien algo de azúcar- preguntó la mujer.

Lucía asintió y Zayn la ayudó a levantarse y a ir a la barra mientras seguía hablando con Harry.
-Hay un policía, ¿verdad?
-Si.
-¿Esta gordo?
-Si.
-¿Es rubio?
-Si.
-Vale. Ahora vamos hacía allá.

Zayn colgó y centró toda la atención en Lucia.
-Te dije que no fumases.
-No ha sido de fumar. Ha sido por lo de mi hermana.
-Lo se.
-Toma. Es helado de ron con pasas. No me quedaba de chocolate- dijo la camarera preocupada-. ¿Quieres algo más, niña?
-No. Gracias- contestó Lucia metiendose un poco de helado en la boca.

Zayn sacó la cartera pero la camarera dijo que invitaba la casa asi que Lucía, ya mejor, se levantó y salieron del establecimiento.
-Eres menor de edad, ¿verdad?
-Si.
-Vale... Dame tu carnet de identidad.

Lucía le hizo caso y Zayn se alejó unos metros hasta una papelera donde buscó algo. Regresó con una cajetilla de tabaco.
-Damele.

Lucia se lo dio intrigada. ¿Que iba a hacer Zayn?
-Vamos a un sitio con luz.

lunes, 13 de mayo de 2013

16.

El teléfono de Louis sonaba todo el rato. El grupo que había creado Niall en WhatsApp estaba que echaba chispas. A la mínima salía en el iPhone que había cerca de cincuenta mensajes en "Obreros calientes". Louis se rió. Habría sido Harry quien había cambiado el nombre del grupo. Los viernes estaba muy feliz Harry. Mucho. Tanto que a Louis a veces le preocupaba.
"Niall: entonces a la hora de siempre donde siempre?"
"Liam: cuando y donde? Es que siempre cambiamos de planes...
"Harry: en el New London a las nueve, no?"
"Niall: Sep".
"Zayn: Yo no voy hoy chicos. Me quedo en casa".
"Harry: Zayn? En casa? Con quien has quedado alli, pillín? ;)"
"Liam: jajajaja".
"Niall: que no, Harry. Que no ha quedado con nadie. Solo quiere experimentar como se esta un viernes sin llevar a chicas a su apartamento".
"Liam: no va a durar ni una hora".
"Zayn: -.-".
"Harry: bueno, entonces nosotros cuatro, no?".
"Louis: yo tampoco voy hoy".
"Niall: JAJAJA venga, dejad de vacilar. Moved vuestro culo que hemos quedado a las nueve en el New London".
"Zayn: que hoy no salgo".
"Harry: Louis? Pero... Pensaba que hoy iba a ser noche de compañeros de piso..."
"Liam: Harry... Niall y yo salimos, eh?"
"Harry: vosotros no me interesais".
"Niall: pues no te invitaré a una copa".
"Harry: a ver, Niall, con lo buenos amigos que somos tu y yo..."
"Liam: ejem, ejem..."
"Harry: con lo buenos amigos que somos Liam, tu y yo".
"Louis: tendras morro..."
"Zayn: Louis, no sales?".
"Louis: que va... Tengo cosas que hacer".
"Liam: HOPE LE VA A DAR TRES PUÑETAZOS!!!"
"Harry: prefieres a una chica antes que a nosotros? PREFIERES A UNA CHICA ANTES QUE A LOS OBREROS CALIENTES?!".
"Niall: a ver, que aquí, el único obrero caliente soy yo".
"Zayn: JAJAJAJA".
"Harry" pues yo tengo cuatro pezones y tu no".

Y empezaron a hablar de tonterías varias.
La puerta del gimnasio se volvió a abrir para que un chico saliera.
-Hola- dijo el muchacho, que parecía fuerte.
-Hola- contestó Louis con amabilidad antes de volver a ignorarlo.

La puerta se volvio a abrir. Otro chico. Hicieron lo mismo. Dos saludos sin mirarse. Solo para ser amables.
Louis miró su reloj. Eran las ocho. ¿A que hora saldría Hope? El cartel del gimnasio decía que cerraba a las ocho. Ya era la hora. Pero por mas que esperaba ella no salía del local. No quería moverse de ese sitio. No fuera a ser que se levantase y ella saliera.

-Cariño, tienes el teléfono del restaurante en la nevera. Y el de la casa de Ben. Y estaremos pendientes de nuestros móviles- dijo la madre de Lucia-. Si te mareas no dudes en llamar...
-Mamá, se cuidarme sola. Tendré un Kitkat en el bolsillo. No te preocupes. Si me da un bajon me lo como.
-Vamonos, Susan- dijo el padre nervioso mientras miraba el reloj que tenía en la muñeca-. Llegamos tarde ya.
-Vale. Lucia...
-Si mama. Si me pasa algo te llamaré.

Lucía pudo suspirar tranquila cuando vio que sus padres ya se iban. Volvió a suspirar cuando se dio cuenta de la noche que la esperaba en su casa. Estaba totalmente sola. Paula se había ido con Ana de fiesta porque Lucía había insistido en que se fueran. Que no pasaba nada con estar sola una noche. "Necesito pensar" dijo como excusa a su hermana y amiga. Gonzalo tampoco estaba. Como esa noche sus padres llegarían realmente tarde, habían llevado al niño con sus primos para que la chica pudiera estar más tranquila.
Se dirigió al sofá y se tiró en él. Aunque iba a estar sola podía estar con la tele, el ordenador, el movil... No se iba a aburrir.
-¿Donde esta mi tabaco?- preguntó en voz alta como si alguien la fuera a responder.

Subió a su cuarto y lo cogió cuando lo encontró. Fue de nuevo al salón y se sentó para liarse un cigarro. Se había dado cuenta que el tabaco de liar era mucho mas barato y ademas le daba para más cigarros. Aunque tenía que coger más práctica porque siempre le salían los cigarros como si fuera un porro que había hecho un borracho. Le encendió y abrió la ventana que estaba junto al sofá donde estaba sentada. Dio un par de caladas mientras que miraba la película que estaban poniendo en la televisión. Era de policías. Estaba bien pero oyó como un coche se acercaba. "Mierda" pensó la chica cuando se dio cuenta de que podían ser sus padres que se habían dejado algo. Tiró el cigarro y cerró la ventana. Escondió el tabaco, los filtros y el mechero bajo un cojin del sofa cuando llamaron al timbre de la verja. Lucía se puso nerviosa. Sus padres la iban a pillar. Se iban a dar cuenta de que estaba fumando. Fue con miedo al telefonillo.
-¿Si?- intentó que su voz no temblara mucho.
-Lucia, soy Zayn.

La chica suspiró aliviada pero... ¿Que quería este chico? Le abrió con duda. "Se habran dejado algo". Pero el atuendo que traia Zayn le hizo pensar a Lucía que èl se iba a ir de copas a la zona de los bares londinense.
-¿Estas lista?

Lucía elevó las cejas. "¿Que?".
-¿Te acuerdas? Esta mañana dijimos de ir a cenar unas hamburguesas- dijo otra vez el moreno.

Ya era el momento. Los bares estaban llenos. La música de las discotecas se podían oír. Harry parecía estar en el paraíso mientras que tenía una conversacion de besugos con dos chicas. Una morena y otra rubia. Hablaban sobre el tiempo que estaba haciendo. Niall sonreía mientras daba algún que otro sorbo a su copa. Liam parecía estar en las nubes.
-La verdad es que el verano se esta alargando esta vez- dijo la rubia.
-Siendo como es Inglaterra si- contestó la morena.
-Si, si- contestó Harry.

Él nunca se pudo imaginar en esa situación. Eran solamente las diez y y ya tenía a una cogida. En realidad dos. A Harry no se le escapaba la posibilidad de tener un trio esa noche. Las dos muchachas estaban muy bien y Harry pudo descubrir que las dos, gracias a las señales que le hacían como tocarse el pelo o morderse el labio, estaban locas por él. Harry estaba en el paraíso.
-Si. Ademas, hace un calor...- dijo la morena mientras se quitaba la chaqueta que tenía para dejar ver su vestido corto y de palabra de honor.
-Si... Yo tambien me voy a quitar... La ropa- susurró la rubia para que Harry centrase su atención en su cuerpo.

A Harry se le pasaban muchas cosas por la mente. Tantas que tuvo que cerrar los ojos y concentrarse.
-Si. Hace calor- dijo mientras se quitaba él tambien el jersey-. Voy a por unas copas. ¿Quereis algo?
-Estamos servidas- dijo la morena mientras metia la pajita de plastico en su boca y ponía morritos.

Harry cerró de nuevo los ojos y cuando los abrió cogió a Niall y a Liam del brazo para llevárselos con él.
-Necesito que me ayudéis- dijo el de rizos.

Niall empezó a reírse. El poco alcohol que había tomado parecía estar afectandolo.
-Liam, necesito tu ayuda.

Liam, al oír que su amigo le necesitaba centró toda su atención en él.
-Di.
-Ten controlado a Niall durante un rato.

Liam empezó a alejarse de allí con Niall. Harry iba a arriesgarse. Iba a intentarlo con las dos... a la vez. Era lo que todo hombre quería. Se acercó allí de nuevo.
-¿Y la copa?- preguntó la rubia.
-Había mucha gente. Ahora quiero proponeros algo.

Liam suspiró mientras buscaba a alguien con la mirada. Le había molestado que Laura no le hubiera reconocido esa tarde. Liam no era un chico corriente. ¿Por que no le recordó? "Porque una camarera sirve copas a muchas personas" intentó convencerse.
En ese momento lo que quería era encontrar a Laura por la barra. Estaban en el bar de siempre. A la hora de siempre. Pero no existía ningún rastro de ella. Liam volvió a suspirar mientras que se acariciaba el pelo.
Notó que Niall le daba unos codazos y dirigió la vista donde el dedo de su amigo le estaba señalando: a Harry que se alejaba con una chica en cada brazo hacía los baños del bar. Niall se empezó a reir.
-¡Lo ha conseguido el muy cabrón!- dijo Niall sonriente.

Liam miró al rubio que estaba con la cara completamente roja. No sabia si era por el alcohol o por el calor.
-Liam, me estoy agobiando...

Este suspiró de nuevo después de echar un vistazo rápido por la barra.
-Vamonos- dijo con una falsa sonrisa mientras que le ayudaba.

Niall y Liam salieron del bar. Niall empezó a cambiar de color rojo al color rosado que tenían sus mejillas. Estaba mucho mejor.
-¿Cuanto has bebido?- preguntó Liam.
-Solo una copa.
-¿Seguro?

Niall le dijo que si asintiendo con la cabeza.
-Vamonos a casa... No merece la pena estar hoy por aquí- susurró Liam mientras que marcaba el número de Harry. Le dejó un mensaje ya que no se lo cogía- Harry, Niall y yo nos hemos ido. Estábamos muy agobiados ahí dentro. Espero que te lo pases bien con las chicas.

Y colgó.

Ana miraba el local donde estaba junto a Paula. Tenía las paredes forradas de fotos en blanco y negro de distintos artistas de décadas atrás como Elvis Presley, los Beatles, Marilyn Monroe... El bar estaba ambientado en esa época. Los camareros iban vestidos como los personajes de Grease y había un reproductor de discos de vinilo que decoraba la barra.
-¿Ana?

Esta giró la cabeza hacía Paula que toqueteaba el servilletero algo aburrida.
-¿Si?
-Vamonos, por favor.
-Si... Parece ser que no hay nada que hacer por aquí- susurró Ana mientras cogía su bolso y se levantaba.

Las dos chicas se fueron de aquel local y entendieron porque estaba casi vació: era un aburrimiento.
-Pensaba que los camareros nos iban a bailar y a cantar- dijo Paula riéndose al recordar que iban disfrazados.
-Son unos sosos...
-¿A donde vamos?
-¿Al New London? La otra vez nos dejaron pasar.
-Pero porque Louis conocía al portero.
-Puede que este hoy también- dijo Ana esperanzada-. O puede que el señor nos recuerde.
-No creo.
-Vamos, por probar...

Ana no le costó mucho convencer a Paula ya que esta empezó a caminar por la calle.
Llegaron a una plaza en la que, en el centro, había una fuente. Paula decidió parar a descansar sentada en el bordillo de esta ya que los tacones que se había puesto eran matadores.
-¿Y si nos quedamos aquí?- preguntó Paula.
-No... Venga, vamos. ¡Vaga!

Ana intentó que su amiga se levantase pero fue inútil por lo que termino sentándose junto a ella.
-¿Tenemos que ir al New London? ¿En serio?- dijo Paula con desgana.
-¿Prefieres quedarte aqui y aburrirte?
-Vale- dijo alargando la "a".

Se volvió a levantar pero hubo algo que les obligó a quedarse allí durante más tiempo. Ana había visto a Niall y a Liam.
-Chicos- dijo Paula sonriente mientras se volvía a sentar.

Niall giró la cabeza mientras caminaba junto a Liam y luego las señaló para que su amigo la viese y dirigiesen sus pasos hacía aquel lugar.
-Hola Niall. Hola Liam- dijo Paula mientras que ponía una sonrisa infantil en sus labios.
-Hola Paulita- dijeron los dos mientras imitaban el gesto de la chica haciendo que ella pusiera una mueca-. Hola Ana.
-Hola chicos- dijo ella-. ¿Que hacéis?
-Nos vamos a dar una vuelta para que a Niall le de un poco el aire- contestó Liam.
-¿Va borracho ya?- cuestionó Paula riéndose.
-No voy borracho. Voy alegre- sonrió Niall.
-Venga, que si, majo- dijo Liam algo cansado-. ¿Nos acompañáis?
-Si- dijo Ana mientras que se levantaba.
-¡Chicos!

Los cuatro chicos giraron la cabeza para mirar a Harry que venia por una de las calles.
Paula se volvió a sentar en el banco. Le dolían los pies y se quitó los tacones. No iba a poder aguantar toda la noche con esos zapatos. Era volver a casa o esperar que al día siguiente no le dolieran los pies por los tacones, que iba a ser imposible.
Harry se había acercado los suficiente y se podía oír perfectamente la conversación que tenía con Niall.
-¿La rubia se fue?
-Si- dijo el de los rizos-. Y luego la dije a la morena que no me apetecía.
-Ana...- susurró Paula algo extrañada por la conversación-, creo que me voy a casa.
-Pero... Quédate, anda- insistió Ana.
-No. Paso. Vete tú con ellos si quieres.
-Bueno, ¿pero no quieres que te acompañe?
-¡Que va! Llamaré a un taxi. No importa- Paula sonrió, tras decir estas palabras, para parecer convincente.
-Como quieras- susurró Ana mientras se giraba-. ¡Venga! ¡Vámonos!
-Vamos, Paula- dijo Liam.
-No. Yo me quedo.
-¿Por?- preguntó Harry.
-Me voy a casa...
-¿Quieres que te lleve?- dijo Liam preocupado.

Paula negó con la cabeza y después de que se encogiesen de hombros los cuatro chicos y que se fueran Paula suspiró. Cogió sus tacones y los puso dentro de su bolso. Podía estar descalza hasta que el taxi viniese. Cogió el movil y le llamó para que viniese lo antes posible pero una mano le tocó el hombro que estaba cubierto por la tela blanca del vestido.
-Tenemos que hablar.

Paula frunció la frente cuando giró la cabeza y vio a Brad.
-Joder, que pesado que eres.
-Quiero hablar contigo.
-Ya lo has dicho- dijo la chica con sarcasmo.

Paula se levantó y sintió la piedra áspera bajo sus pies.
-Es importante.
-Nada que venga de tu boca es importante.
-Pau, yo...
-No me llames así.
-Lo siento, Paula. Tengo la costumbre.
-Después de meses esperaba que se te hubiera pasado. Es más, esperaba que te hubieses olvidado de mí.

Paula intentaba tener una distancia prudente con ese chico pero él parecía no querer.
-¡ Aléjate de mí!- chilló Paula cabreada.

El grito fue muy alto. Incluso hizo que Ana y sus acompañantes girasen la cabeza para ver la escena.

jueves, 9 de mayo de 2013

15.

Harry le quitaba las tablas de multiplicar a Gonzalo por cuarta vez.
-¡Jopetas, Harry!- dijo el pequeño desesperado.
-Tu si sabes cuánto es nueve por cinco.
-¡No! ¡No lo se!
Harry suspiró e hizo que Gonzalo se levantase de la silla para sentarse él y sentar al niño sobre sus rodillas.
-Recuerda que el orden de los factores no cambia el resultado.
-Eso significa que...
-¿Que significa?
-Que nueve por cinco es lo mismo que cinco por nueve.
-Muy bien- dijo Harry sonriente.

El chico vio como el niño seguía poniendo más resultados correctos al lado de sus cuentas pero llegó el nueve por ocho y Gonzalo tuvo la necesidad de coger las tablas de multiplicar.
-No.
-Pero...
-No, Gonzalo. Tienes que aprenderte la tabla del nueve.
-Es que es muy dificil.
-¡Que va! Mira que bien me la sé yo: nueve, dieciocho, veintisiete, treinta y seis, cuarenta y cinco, cincuenta y cuatro, sesenta y tres, setenta y dos, ochenta y una y, por ultimo, noventa.
-¡Es que tú eres muy mayor!

Gonzalo se cruzó de brazos haciendose el enfadado.
-¿Te digo un truco?- preguntó Harry.

¿Un truco? ¿En matemáticas? Eso no podía ser posible.
-No hay trucos en las mates.
-Existe uno. Ademas de la tabla del nueve.

Gonzalo abrió mucho los ojos y miró a Harry.
-Mira. Dime una cuenta de la tabla del nueve.
-Nueve por ocho- dijo Gonzalo sabiendo que por esa cuenta había parado su trabajo.
-Vale. Tienes que poner las dos manos con los dedos estirados.

Harry estiró sus brazo para que el niño pudiera ver sus manos. Gonzalo le hizo caso. No quería perderse ningún detalle.
-Ahora vamos contando, desde el dedo meñique izquierdo...
-¿Cual es ese dedo?- preguntó Gonzalo desorientado.
-El pequeño.
-Vale.
-Y vamos contando el número que multiplicamos por nueve- Harry vio como Gonzalo iba contando dando golpes sobre los dedos de Harry-. Y ahora, el dedo que nos ha salido le doblamos.

Gonzalo le indicó cual tendría que doblar.
-Y contamos cuántos dedos hay antes del dedo que hemos doblado.
-Hay siete.
-Vale... Apuntalo en la hoja.

Gonzalo cogió el lapiz y lo apuntó.
-¿y ahora?
-Ahora contamos cuandos dedos hay detrás del dedo doblado.

Gonzalo contó.
-Hay dos.
-Apuntalo. ¿Que número hay?
-Setenta y dos.
-Ahora coge las tablas y mira cuánto es nueve por ocho.

Gonzalo cogió con rapidez la hoja que le habían dado en clase y soltó un grito de sorpresa.
-¡Hala! ¡Da setenta y dos!

Harry se rió.
-¡Vamos a probar con nueve por cinco!

Gonzalo lo probó ya con sus manos.
-¡Dios mio! ¡Funciona!

Harry se sonrió.
-¡Tengo que decirselo a mi hermana Paula!- dijo Gonzalo eufórico.

Gonzalo se levantó de las rodillas de Harry pero él le detuvo.
-Cuando termines.
-Pero...

El timbre sonó e hizo que Gonzalo se callase.

Ana entraba en la casa despues de que la abriesen la puerta y vio como Lucía abria la puerta principal. Empezó a correr y se tiró sobre ella.
-¡Ana!- chilló Lucia sorprendida por la reacion de su amiga.
-Me llaman- se rió la chica-. ¿Que tal? Me ha dicho Paula que hoy no has ido a clase.
-No me ha dejado.
-Seguro que tu tampoco has insistido.
-He visto que a primera tenía historia y se me han quitado las pocas ganas que tenía- dijo Lucía en broma.
-Bueno... ¿Has ido al médico?
-Si. Son bajones de azúcar. Ya se me pasarán.
-¿Seguro?

Ana parecía preocupada por Lucía. A ella tambien le habia pasado cuando no quería comer nada para seguir trabajando en la compañia. Se pasaba mal. Ana recordaba sobretodo los sudores frios que te entraban y los dolores de cabeza que le daban.
-Claro que si. Solo han sido dos mareos. Estoy estupendamente. Mañana iré a clase.
-¿Mañana?- preguntó Ana.
-Si.
-Mañana es fiesta nacional.

Lucía sonrió y pegó un pequeño salto de la alegria que sentía que hizo reir a Ana.
-¿Principita?

Las dos chicas se giraron hasta ver a Niall que bajaba en las escaleras.
-¡Niall!- dijo Ana.
-Hola- se rió el rubio-. ¿Que tal?
-Bien. Aquí. Haciendo una visita a la enferma.

Lucía se sonrojó.
-¿Y tú?- preguntó Ana amablemente.
-Pues bien. ¡No me han despedido!

Ana soltó un gritito y felicitó al obrero con un abrazo.
-Te lo dije. Estaba segura que no te iban a despedir.
-Ya se que me lo dijistes pero...
-¿Lo has celebrado ya?- dijo la chica tras ver a Lucía subir al piso de arriba y decirla que en un minuto subía.
-Pues aun no. Me lo dijeron el lunes asi que... Aprovecharé hoy que mañana es fiesta y...
-Yo tambien celebraré hoy algo.
-¿Que ha pasado?- preguntó Niall con curiosidad.
-He empezado bien el curso.

Niall se rió junto a Ana. Ambos estaban relajados y disfrutando del tiempo que llevaban hablando.
-Pues tendrás que seguir asi.
-Si. Pero me han dicho que el primer curso de bachiller es difícil.
-Tú tienes que intentarlo.

Alan y Ted discutian de nuevo en la cocina mientras que Laura suspiraba estando sentada al lado de su abuela. La visita sorpresa de su abuela por parte de Ted había hecho que Alan se atacase un poco. "¿Dónde dormiría?" "En el cuarto de invitados". "¿Y qué comeríamos?" "Pues comida". "¿Durante cuánto tiempo se quedará?" "Lo que quiera, es mi madre" era lo que oía Laura. Las paredes parecían no estar hechas de ladrillo, sino de papel como en Asia.
-Ya se que es tu madre pero...
-¿Pero que Alan?-dijo Ted que parecía, gracias al timbre de su voz, enfadado-. Dime lo que tengas de decirme.

Laura suspiró y pidió con la mente un deseo: que Alan no contestase a esa pregunta.
-¡No me apetece que este aquí!

El deseo no había sido concedido.
-No te preocupes, abuela. Siempre estan así- dijo Laura a la señora que estaba a su lado.
-Ya se que no me tengo que preocupar- contestó su abuela-. He lidiado con esto muchas veces. Tu abuelo y yo tambien discutiamos cuando venía sus padres o los mios. Ya se arreglará.

Laura nunca paraba de sorprenderse con su abuela. En la cocina sus padres estaban a punto de tirarse los platos a la cabeza y ella estaba tan tranquila, diciendo que eso iba a pasar.
-Es normal que ellos también pasen por eso. Y ya verás como tú pasarás por lo mismo.

Laura volvió a suspirar. ¿Iba a tener que aguantar eso cuando su suegra fuese a su casa? ¿De verdad?
De pronto hubo un silencio en la casa. Ted y Alan habían acabado de discutir.
-¡Suegra!- dijo Alan sonriente.

"¿Qué?" se preguntaba Laura. "¿Que es esto?"
-Alan, ¿que tal todo? ¿Estas bien?- preguntó la abuela tras guiñar un ojo a su nieta.
-Muy bien. ¿Y tú?

La respuesta tardó en llegar pero la señora contestó que bien intentando se simpática después de haber oído todo lo que se decía en la cocina.
-Me alegro, mamá- dijo esta vez Ted mientras apoyaba una mano en el hombro de su marido-. Ven. Te enseñare tu habitación.
-Tranquilo, hijo. Se ir a la habitación de invitados- contestó su madre sonriente.

Cuando la señora ya se había metido en su cuarto tras levantarse y coger la maleta, Alan suspiró y Ted le abrazó.
-Venga amor. Solo serán unos días- le dijo Ted.
-Lo se pero... No se. Que haga una llamada para avisar.
-A ti lo que te pasa es que tras unos días la coges cariño y cuando se va la echas de menos.

Alan rió de forma sarcástica delante de su hija, la cual seguía teniendo cara de poker. ¿Que había pasado en la cocina para que su "madre" cambiase de opinión? Decidió no preguntar. Sería muy arriesgado para ella y tenía pensado salir. No quería piciarla con cualquier cosa y que la castigasen. Sabía que Ted tenía esa noche una cena y Alan sería capaz de castigarla con cualquier cosa, aunque fuese mínima, para no quedarse con su suegra a solas.
-Me voy a mi cuarto- dijo Laura aun sorprendida.
-Vale, amor- dijo Ted mientras se acercaba a ella y le daba un beso en la frente-. Perdón por lo que has escuchado.
-No pasa nada- susurró mientras se levantaba del sofá.

Louis miraba la hora. Ya eran las seis. La señora Smith les había dicho que ese día podían irse a las siete por ser víspera de fiesta. Que ellos también tenían vida social y que no se tenían que amargar, aunque ella y Paul no compartiesen la misma opinión, con el trabajo.
La señora Smith era una mujer simpática. Desde el primer momento les había dado permiso para ir a la cocina y, con total libertad, beber agua, alguna cocacola, algo de embutido, algun bollo... ¿Que ella veía que llevaban varias horas trabajando? Les decía "venga, chicos, descansar un poco". ¿Que la botella que traía Liam se quedaba sin agua? Ella les invitaba a bajar a por algo de agua a la nevera y si ellos se negaban, cogía la botella y la rellenaba. Todo eso a Louis le hacía gracia. La señora Smith era tan... maja. En otros lugares donde habían trabajado tenian suerte si les dejaban descansar cinco minutos a las dos horas. Había clientes muy exigentes.
-¿Quereis descansar?- preguntó Susan tras entrar en el cuarto.

Louis miraba el reloj. Las seis y cuarto.
-No hace falta- dijo Niall-. Tenemos que terminar esto para mañana empezar con su cuarto.
-No os preocupéis por eso. Id a descansar unos minutos.
-No hace falta- insistió Harry-. Hoy ya nos deja salir un poco antes. Con eso nos basta.
-No es que os haya dejado porque mañana sea fiesta, que tambien, sino porque veo que sois muy jóvenes para estar trabajando hasta tarde si quereis salir por la noche.
-No hace falta el descanso, señora Smith- volvió a insistir, esta vez, Zayn.
-Os he dicho que no me llameis así. Llamarme Susan.

Los chicos se rieron. No le entraba en la cabeza. Paul había insistido tando en que tratasen a los clientes de usted que no podían.
-No hace falta el descanso, Susan- dijo Harry.
-Venga chicos. Además ya son casi las seis y media. Id recogiendo. Podeis iros.
-Pero Susan...- Liam tuvo que cortar la frase por mirada que le echó la señora Smith.
-Como desee- dijo Louis con humor mientras imitaba el saludo que hacía un recluta a su superior.

Empezaron a recoger bajo la mirada de una Susan que se sentía exitosa.
Cuando ella les despidió en la puerta de la casa con un "pasar buen fin de semana" se montaron en el coche tras meter las cosas en el maletero.
Niall parecía feliz con el cambio de planes. Bueno, todos pero Louis estaba pensativo.
-Liam...- susurró a Liam, que estaba a su lado conduciendo la furgoneta.
-¿Si?
-¿A que gimnasio vas?

jueves, 2 de mayo de 2013

14.

Tomate. Eso era lo ultimo que le faltaba a Hope para terminar la guarnición del solomillo que le había pedido su profesor.
-Dos minutos.

Hope suspiró nerviosa mientras echaba el tomate.
-Un minuto.

Hope sacó del bolsillo de su delantal el bote de la salsa de soja que había cogido de la cafetería y echó, sin que Edward se diese cuenta, unas gotas sobre la carne y lo extendió sobre la superficie con una cuchara. Con el mismo instrumento removió la guarnición.
-Hope, ya.

Hope sonrió para sus adentros y se giró con su plato.
-Tome.

Edward la miró. Estaba mucho mas relajada que las otras veces que había tenido examen con él. ¿Estaba confiada? Cogió el plato y lo puso sobre la encimera de la cocina. Empezó a partir la carne y se metió un trozo en la boca.
-No esta nada mal- dijo sorprendido tras saborear la carne.

Hope suspiró de alivio. Su plan había sa bien.
-Tiene un toque... ¿Que le has puesto? ¿Alguna especia?
-Un poco de pimentón.
-¿En serio? No sabes a pimentón...
-Es que ha sido muy poco.

La chica sonrió tras su mentira y el profesor tomó una pinchada de la guarnición de verduras y nueces.
-¿Esto también lleva pimenton? Es muy suave para que lo sea.
-Muchisimo menos- volvió a mentir Hope.

El profesor la miró de nuevo sorprendido. El plato estaba realmente bueno. Demasiado.
-Esta bien, Hope. Esta aprobada.

Y la chica salió sonriente de la cocina mientras que los demás compañeros la miraban dudosos. "¿Que había pasado ahí dentro?" se preguntaban.


Paula se sentó en el autobús. Ese día su madre no podía ir a buscarla. Estaban preocupados por su hermana, a la cual la había vuelto a dar otra bajada de azúcar y no había ido a clase. Por eso Laura la acompañaba.
Paula miró por la ventana como el autobús adelantaba a las distintas personas que paseaban por la calle. Entretenido ya que Paula se imaginaba la vida de las personas. Si veía a una persona mayor se le imaginaba en la guerra y si era un muchacho con un skate bajo el brazo se le imaginaba haciendo una pirueta por los aires en el medio tubo.
-Hola Smith- dijo una voz masculina.

Paula volvió en si y miró al frente donde estaba Brad. "Que pesado que es, Dios mio" pensó Paula mientras suspiraba.
-¿Puedo sentarme?- preguntó el chico mientras que señalaba el asiento de al lado.
-No- contestó ella mientras ponía la mochila en el asiento.

Brad se rió y, tras quitar la mochila de su compañera, se sentó.
-Lo siento.
-¿Por qué?
-Ya sabes el por qué.
-Si. Lo se. Pero no quiero recordarlo.
-Venga Paula... Eramos buenos amigos- dijo Brad suavemente.
-Eso era hasta que le pusiste los cuernos a mi hermana y fuiste diciendo a tus amigos que fue conmigo.
-Eso no lo dije yo. Lo dijo...
-Me da igual quien lo dijera. Tú no lo desmentiste.
-Pensaba que iba a quedar entre mis amigos.
-Me da igual. Lucia pasó casi un mes sin hablarme.
-Lo siento.

Paula miraba a Laura para distraerse del muchacho. Era una compañera de clase de su hermana que decía estar preocupada por ella. Ella sabía poco de ella... Fue la que llevó al baño a Lucia, llamó a los Smith y que tenía unos padres gays. La chica estaba hablando por teléfono y le hizo señas para indicarla que en la siguiente parada se bajarían.
-Se que no debí haberme callado e ir a decirselo a tu hermana pero... ¿Paula? ¿Que estas haciendo?

Paula paró de mover los brazos cuando el chico le preguntó.
-Estoy intentando captar la atencion de esa chica.
-¿Sabes como se llama?
-Laura Cowell.

Brad puso dos dedos en su boca y silvó antes de decir, en medio del autobus, Cowell.
-¡Te quiere decir algo!- dijo.

Paula sonrió. Era la primera vez que sonreía al chico desde hacía un año.
-Laura, en la siguiente me bajo- dijo cuando vio que la chica había apartado su teléfono movil de la oreja.
-Vale. Muchas gracias- contestó ella antes de notar que el vehículo se paraba-. Ops, ya estamos- dijo sonriente.

Paula la siguió dejando solo a Brad en su asiento.

-No se tio... Me salió- dijo Zayn intentando dar una explicación a su amigo rubio.
-¿Como que te salió? Zayn, a uno no le sale dejar a su novia definitivamente así porque así.
-Bueno, pues esta vez sí.

Niall suspiró antes de dar un golpe de martillo sobre una de las tablas de madera para que la silicona la pegase a la pared.
-Pero... ¿Estas seguro de haber hecho bien?- preguntó.
-Aun no lo se... No me siento mal. Bueno, a ver, mal me siento pero no como si Karen fuese a ser la mujer de mi vida. ¡Ya vendra esa! Yo mientras disfrutaré.
-Pero, Zayn, es Karen.
-A ver, vale. Era Karen. Pero si la ponía tanto los cuernos era por algo. Y dejalo, Niall. Ese tema me pone nervioso...

Zayn se agachó para dar un golpe con el martillo pero por poco se da en el dedo.
-¡Pero es que no lo entiendo!- protestó el irlandes.

El moreno suspiró de nuevo. Era la vigésima vez que suspiraba desde que su amigo habia sacado el tema.
-Porque si. Punto- dijo harto.
-Joder, que mala leche.
-Chicos, ¿teneis mas silicona?- preguntó Liam.
-Nos queda poca- dijo Zayn mientras le tiraba el tubo.
-Da igual. Ya bajo a la furgoneta- contestó.
-Liam- dijo Niall-, ¿tu entiendes por que Zayn...?
-Joder Niall, que pesado eres- gruño Zayn de nuevo.

Liam sonrió mientras se giraba para bajar a por la silicona a la furgoneta. A lo lejos ve a dos chicas que iban juntas pero a la vez separadas. Como dos conocidas que no se hablan por no saber que tema sacar. Liam ve a Paula algo tímida y a la camarera que conoció en el bar. Sonrió. No esperaba volver a verla.
-Hola Liam- saluda Paula sonriente.
-Paula- asiente y sonrie como ella.
-Hola- dijo Laura sin reconocerle.

"Es normal" pensó él. "Conocerá a mucha gente en el bar" volvió a pensar algo desilusionado. Creía que él iba a ser una persona difícil de olvidar. No todo el mundo va a una discoteca y pide una cocacola sin alcohol. No todo el mundo tiene una mancha en el cuello. No todo el mundo se quedaba hablando con la camarera en vez de estar con amigos.

Alguien llamó a la puerta haciendo que Lucía se sobresaltase de la cama, donde estaba leyendo.
-¿Se puede?

Lucía intentó averiguar por la voz quien era pero le resultaba imposible averiguarlo.
-Si- dijo curiosa.

La puerta empezó a abrirse y entró Laura con una sonrisa. Lucía se sentó y dejo el libro sobre la mesa invitando a su compañera sentarse.
-No. No importa. Solo quería saber como estas. No has venido hoy a clase y...
-Ya. Me dio otra bajada de azúcar y mi madre se preocupó pero, vamos, que podría haber ido hoy a clase. Solo que no me ha dejado.
-Las madres suelen ser así de protectoras.

Ambas sonrieron.
-Tambien quiero avisarte que la señora Parker te tiene muchas ganas- avisó Laura a la otra chica.
-Me lo imagino... Ese ogro que tenemos por tutora me va hacer este curso muy duro.
-Creo que a mí también. Hoy me ha regañado por recoger un boli que se me había caido.
-Esta ya muy chocha. Tiene que jubilarse y darnos una alegría.

Otra vez se rieron.
-Bueno, estas bien, ¿no?- preguntó.
-Si, si. No te preocupes.
-Vale. Solo quería saber eso. Estaba preocupada, ¿sabes?- Laura miró su reloj-. Me voy a ir yendo que deben de estar mis padres preocupados.

Lucía sonrió y se levantó.
-Te acompaño a la puerta.
-No te molestes. No es necesario.
-¿Como no te voy a acompañar? Has venido a preguntarme si estaba bien cuando podías haber enviado un mensaje.
-No es necesario. De verdad.
-Deja de decir tonterias- se rió Lucía.

Lucía la empujó prácticamente de su cuarto y la acompañó hasta el piso de abajo donde se encontraron a Liam que entraba con varios tubos de silicona.
-¿Que tal estas?- preguntó Liam a Lucia con cara de preocupado.
-Estoy bien. No pasa nada- contestó ella serena.

Mientras, Laura miraba al chico. Le sonaba pero... ¿de qué?
-¿Seguro?
-Si- Lucia sonrió y le dio un beso leve en la mejilla para que se tranquilizase.

Lucía y Liam habían cogido confianza en los tres días que Lucía había estado en casa para reposar. Él siempre se preocupaba por ella.
-Vale- le contestó Liam algo resignado-. Si te pasa algo me pegas una voz, ¿vale?

Lucía se rio y salió para acompañar a Laura mientras que Liam subía al piso de arriba con los tubos de silicona.
-¡Toma!- dijo lanzando uno que dió a Niall en el brazo.
-¡Ay!
-Por preguntar cosas todo el rato- se quejó Zayn.
-¡Es que tengo curiosidad!
-¡Traemos la comida!- dijo Louis sonriente dejando unos tarros llenos de comida china.
-¡He traido palillos!- chilló Harry emocionado.
-Pero... ¿Vamos a comer aqui?- preguntó Liam sorprendido.
-Dice la señora Smith que no la importaba- dijo Louis.
-Es verdad- le apoyó Harry.

Todos se rieron y empezaron a coger los tarros.
-¿De que es este?- preguntó Zayn.
-Es de tallarines con carne de cerdo- contestó Harry.
-¿Y este?
-Arroz con cerco- volvió a responder el de los rizos a su amigo-. ¡Mierda! ¡Louis! Nos hemos olvidado de Zayn.
-¿Que?- preguntó extrañado-. ¿Todo tiene cerdo?

Zayn suspiró y notó como su estómago estaba vacío. Si toda la comida llevaba cerdo no podría comer. Se lo prohibía su religión.
-Si. Creo que todo es con cerco.

Louis empezó a leer el tiquet que estaba dentro de la bolsa.
-Una de arroz con cerdo, bambú con cerdo, tallarines con cerdo... Si. Todo tiene cerdo. Lo siento... Voy a por algo a la tienda y ahora vengo- dijo Louis algo apenado por haberse olvidado de su amigo.

Zayn volvió a suspirar.
-No, no importa- dijo el chico mientras se levantaba-. Le pediré a la señora Smith que me deje hacerme un sandwich.

Zayn salió del cuarto y bajó las escaleras. Empezó a buscar a la Susan por el piso de abajo pero no la encontraba. Tendría que tener un abuso de confianza y coger algo de comida. Pero no hizo falta. Entró en la cocina y se entró con Lucia.
-Hola- dijo ella mientras que tomaba un poco de comida de su plato.

Él sonrió y la miró.
-Hola- contestó Zayn-. ¿Puedo coger algo de comer? Los chicos se han olvidado de mí.

Lucia asintió y luego se levantó para abrir el frigorífico. Miró en él.
-¿Quieres un poco de pollo? Le puedo hacer en un momento.
-No te preocupes. Con un poco de pan y con algo de pavo o queso como.
-No digas tonterias.

Lucia se giró y cerró la puerta del frigorífico. Zayn sonrió y ella, al verle, se rió. Zayn se puso serio.
-¿Que pasa?- preguntó el chico serio.
-Nada... Solo te he visto sonreir cada vez que me vacilabas. Y ahora que sonrias me parece raro.
-¿Por?
-Me hace pensar que vas a decirme algo de un juguete sexual.

Zayn volvió a reir.
-¿Tu madre se ha ido?- preguntó Zayn.
-Se ha ido a por Gonzalo al colegio.
-¿Vas a aprovechar para traerte a alguien a casa? No quiero oir gemidos, ¿eh?

Lucia sonrió mientras ponía el pollo en la sartén. Zayn era el de siempre.
-¿Lo ves? Solo sonries si me vas a vacilar.
-Bueno, es que en el trabajo soy muy serio.

Esta vez se rió Lucia.
-¿Serio? Por favor, es poner unas tablitas en el suelo.
-Pero hay que estar concentrado para no darte con el martillo en el dedo.

Lucia se rió de nuevo y le miró mientras sacaba un plato y ponía el filete de pollo en el.
-Ahorra eres tú la que se rie...
-Si.

Lucía puso el plato junto a unos cubiertos en la mesa.
-Sientate.

Zayn la hizo caso.
-Nunca me imaginaba que iba a comer contigo- dijo Lucia.
-Es raro. ¿A que sí?
-La verdad es que sí.

Zayn partió un poco del pollo y se lo comió.
-¿Esta bien?
-Si- dijo tras tragar.

Lucia sonrió.
-¿Sabes que estaría mejor?
-¿El qué?
-Unas hamburguesas. Podíamos ir algun día a cenar por ahí.